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Un murciélago, dependiendo de la especie, puede llegar a volar a 160 kilómetros por hora. Tal vez aquel mamífero no alcanzó ese nivel de velocidad, pero que iba rápido es imposible negarlo. La estética de este animal no es de lo más atractiva y es por eso que no todos se atreven a agarrar alguno, y mucho menos con la mano. A Manu Ginóbili no le tembló el pulso para medir el recorrido del murciélago y, con un manotazo digno de Nadal, lo bajó. Hoy se cumplen 15 años de esta historia que quedará grabada en la carrera del argentino.

“Yo no estaba asustado del murciélago y veía a todos los demás jugadores que se cubrían y corrían", explicó el nacido en Bahía Blanca, que veía cómo entraba la mascota con una red gigante y otros colaboradores con toallas. Todo esto en un AT&T Center que recibía el encuentro entre Sacramento Kings y San Antonio Spurs, que todavía no había finalizado el primer cuarto.

“No fue una gran idea. No solo por el hecho de que los murciélagos son una gran parte del ecosistema, sino también porque algunos son portadores de la rabia, que es una enfermedad incurable. Es por eso que tuve que vacunarme hoy, ¡y no fue solo una inyección!”, también comentó el argentino, que por esto de la rabia y por algunas quejas de activistas tuvo algunos problemas por esta situación.

Este acontecimiento quedó en la historia y hasta lo recordó el mismo Manu en su discurso del Hall of Fame: “Los que me busquen en YouTube me van a encontrar primero por el murciélago”. Además, hace poco se volvió a recordar la historia luego de que la mascota de San Antonio agarrara otro murciélago con una red.