Monte Morris, escalando bien de abajo
17:25 17/02/2022 | Anoche fue el héroe ante Golden State con el tiro ganador y con su rol como titular está firmando la mejor temporada de su vida. Conoce su historia
Son solo cinco minutos más que los que disponía la temporada pasada, cuando era el primer reserva de la banca y reemplazaba a Facundo Campazzo generalmente. Pero no es el hecho del tiempo, sí el rol, saberse titular y gozar de todo el respaldo de Michael Malone, hizo por ejemplo que tras un par de partidos a resguardo por un golpe en la cabeza, vuelva, salga de inicial y gané el partido con un bombazo tras la asistencia de su amigo, Nikola Jokic.
Para llegar a este momento de júbilo, hubo mucha agua bajo el puente y en esas corrientes, por momentos turbias, Monte remó y remó. “Podía estar en casa y escuchar disparos. Solo esperas que no sea un ser querido”, comentó Morris sobre su infancia y adolescencia en Flint, la ciudad la que el propio jugador la reconoce como “La Jungla”.
Flint es una ciudad sitiada por la delincuencia y a diario sufren el flagelo marginal de los disparos, asesinatos y robos. Y como respuesta a esto, para aquellos que nacen y crecen en esos ámbitos, la escapatoria a ese mundo hostil es, además de una buena educación, es en el deporte donde pueden refugiarse y soñar con salir adelante. Monte Morris tomó esto al pie de la letra, se aferró mucho a su madre Letonia, quien fue su apoyo en todo la adolescencia para enfocarse en su objetivo, sin caer en la tentación del mundo del crimen a la orden del día en su ciudad.
“Éramos solo ella y yo creciendo, no tenía papá cerca, así que tuve que aprender mucho de mi mamá. Ella siempre me dejaba ser Monte, nunca me obligó a hacer nada, pero tenía una estructura, tenía un horario para volver a casa y tenía que sacar siempre un A o B. Esa contención para que no me salga de mi camino fue lo que nos mantuvo muy unidos, todo lo que hizo por mí se lo devolveré y le estaré agradecido eternamente”, esas fueron las palabras de Morris para describir la importancia de su mamá en su vida y una punta para poder entender la humildad con la que trabaja cada día para mejorar en la NBA, sabiendo que cada dólar que le pagan por jugar es porque se lo ganó con esfuerzo.
De chico siempre fue un jugador destacado, pero un poco menospreciado. Las universidades grandes de su ciudad como la de Michigan o Michigan State no confiaron en su potencial como para darle una invitación, a pesar de haber sido galardonado con el premio Mr Basketball de Michigan en el 2012, una distinción que se le da al mejor jugador de último año del secundario de la ciudad.
Quienes sí vieron buen material para trabajar y lo reclutaron para que formara parte del proyecto fue la Universidad de Iowa State, donde Morris desarrolló muy bien su potencial y como lo es hoy en día, fue mejorando año a año (comenzó promediando 6.8 puntos y 3.7 asistencias el primer año y finalizó el ciclo universitario con 16.4 anotaciones y 6.2 asistencias) quedando a la espera de ser elegido en el Draft del 2017.
El primer sueño americano del basquetbolista estadounidense es ser elegido en la gala del Draft, donde todo es pomposo y se cambian muchas realidades en esa noche, se deja de lado un estilo de vida austero a cambio de las luces de la NBA, aunque son pocos los que llegan como estrellas y la mayorías de los jugadores elegidos en la segunda ronda saben deberán trabajar mucho y duro para tener su espacio y el número 51 de la lotería del 2017 lo sabía, Monte Morris puso en Denver su próximo objetivo.
Llegó a Colorado para sumarse a la Summer League del conjunto de los Nuggets a sabiendas que su contrato iba a estar repartido entre los Denver Nuggets y el equipo de la G-League, Río Grande Valley Vipers. En la temporada como rookie solo pudo disputar tres juegos con el equipo y pasó la mayoría del tiempo en el equipo de desarrollo.
En la segunda pudo, no solo garantizarse ser un miembro permanente de los Nuggets, sino que se ganó la confianza plena del coach Malone, quien los utilizó en los 82 partidos de la fase regular y Morris le respondió con 10.4 puntos y 3.2 asistencias viniendo desde la segunda unidad.
Malone y los Nuggets le renovaron la renovaron su confianza y elevaron su paga de 1.5 millones por un el último año que le quedaba a renovarlo por tres más a cambio de 27 millones antes de la temporada pasada, una locura impensada para toda la realidad que vivió durante sus años de adolescencia.
Ahora cuidando la titularidad mientras Jamal Murray se recupera, Morris está teniendo la mejor temporada de su carrera en ofensiva con 12.7 puntos, 4.3 asistencias y 3.0 rebotes por encuentro, con un 37.1 porcentaje de tiros de tres, un número donde quizás puede mejorarlo un poco más. Su puesto en el quinteto titular de los Nuggets por ahora no está en discusión, ni Bones Hyland, ni Facundo Campazzo han sido tan regulares como sacarle el puesto y solo la vuelta de Murray pondrá en tela de discusión esa situación.
Monte Morris, perfil bajo y eficiencia para los Nuggets, mientras esperan por Jamal.
Mauro Osores / [email protected]
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