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Tom Payne estaba llamado a ser uno de los reemplazantes de Kareem Abdul Jabbar. Formado en la Universidad de Kentucky, saltó a la NBA en 1971. Con sus 2.18 y una buena movilidad, Atlanta Hawks decidió apostar por él.

Era el jugador más alto en la historia de la prestigiosa Universidad y el primer afroamericano en el equipo. En el primer año no pudo jugar por sus bajos promedios en los estudios, pero promedió 17 puntos y 10 rebotes en su segunda campaña.

A pesar de esta elección, ya eran conocidos sus problemas de carácter y peleas que había tenido en el básquet universitario. Pero no se esperaban lo que sucedería luego.

Es que, en mayo de 1972, Payne fue detenido en Atlanta por haber cometido una serie de violaciones. Pero no solo allí, sino también las había cometido en Kentucky. Así, dejó la NBA con solo 29 partidos disputados en los Hawks.

La mitad de los cinco años que le dieron de condena, Payne los pasó en aislamiento por haber participado de una revuelta.

Al salir de la cárcel en 1983, intentó volver al básquet pero fracasó, así que decidió incursionar en el boxeo y en la actuación. Pero fue nuevamente detenido por haber hecho otro intento de violación y haber violado su libertad condicional.