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Entrevista

Anna Montañana, una vida llena de pasiones y desafíos

13:17 29/09/2021 | Es la segunda mujer en formar parte de un cuerpo técnico en la Liga Nacional, pero su vida ha sido un desafío permanente. Conocé a fondo a la española de Obras.

Anna Montañana, apasionada como jugadora y ahora como entrenadora (Foto Duran International)

Anna Montañana impone respeto de entrada. Primero, por su tamaño (1.85), y segundo, porque tiene las ideas muy claras. Hoy le toca esta experiencia en Argentina, pero en su carrera los desafíos han sido siempre muchos y grandes: NCAA, Euroliga, WNBA como jugadora, y luego ser la primera mujer en un cuerpo técnico acb, curiosamente convocada por el Che García, flamante nuevo entrenador de la selección argentina. 

- Mi primera curiosidad es: jugaste en la Universidad de George Washington del 2001 al 2005. ¿Llegaste antes o después del atentado a las Torres Gemelas?
. Llegué 10 días antes a Washington. El 31 de agosto. Yo no tenía idea lo que podían significar las Torres para España, y ese 11 de setiembre me encontré de golpe con 7 mensajes preguntándome cómo estaba. Nos metieron a todas en el vestuario subterráneo de la Universidad, porque nosotras estábamos en la misma calle de la Casa Blanca, muy cerca, y a 10 minutos del Pentágono. Hoy me río, pero fue dramático. 

-¿Qué sentido tuvo para vos ir a la NCAA?
. Bueno, yo había empezado muy joven de profesional (sin cobrar), a los 13 años, pero era mi sueño ir a Estados Unidos, porque iba a volver con una carrera y con un idioma que no tenía. En España no se veía muy bien en esa época irse a Estados Unidos. Hoy hay 65 chicas y ya no se puede parar. Lo que es cierto es que en esos 4 años no fui a la selección. Pero bueno, cuando terminé y volví, recuperé ese lugar, y de los 18 a los 22 logré muchos minutos en la NCAA. Fue el paso más importante de mi carrera. 

- Voy a sobrevolar tu carrera como jugadora porque quiero hablar de todo con vos. ¿Tu paso por la WNBA qué lugar ocupa en una trayectoria como la tuya, tan exitosa a nivel clubes en Europa?
. Creo que es como un desafío. Parecido a lo que le pasó a Juan Carlos Navarro, por poner un ejemplo. La diferencia es que en mujeres puedes jugar WNBA y en Europa, porque los calendarios se combinan, e incluso luego ir a tu selección. Llegó un momento que tuve la chance, que no tuve cuando terminé la Universidad, y se presentó lo de Minnesota tras un Europeo. Para mí fue un sueño cumplido. Podría haber jugado mejor, pero se me pasó todo volando. 

- Te retiraste a los 35. ¿Por qué pasás al marketing y no te metés de lleno en el tema entrenadora?
. Mira, yo empecé los cursos de entrenadora a los 28 años. Ya sabía que mi vida iba a ser el baloncesto. Pero la verdad es que siempre me fui preparando. Fui presidenta de un club de formación, directora deportiva... esto en los últimos años mientras jugaba. Fue una forma de ir manejando el retiro. Yo sabía que no quería ser presidenta ni directora deportiva ni estar en marketing, pero todo me ayudó a focalizar mi carrera. Cuando terminé de jugar yo creía que tenía que volver a mi ciudad, porque si empezaba a volar por ahí iba a perder los lazos. Y quería seguir creando ese colchón post retiro. Me parecía importante saber también lo que era trabajar. Levantarte a las 8 de la mañana y terminar a las 8 de la noche. Todo encajaba. Y mejor todavía siendo en el Valencia Basket. Ganamos la acb, fuimos a la Euroliga... eso me ayudó a saber que podía trabajar. Si no salía lo de entrenadora. Y el momento llegó sentada en la oficina. 

-¿Aprovechaste ese tiempo en el Valencia para meterte un poco también en el equipo que dirigía Pedro Martínez?
. Sí, claro. Yo salía de la oficina y me iba con el equipo. A Pedro yo lo idolatro, porque estuve dos años y pude ver cómo era el día a día. Después vino Txus Vidaurreta y luego me fui. También fui ayudante en el equipo de chicas y en los veranos, siempre estaba en los equipos de España de chicas. Fue ir construyendo. 

-¿Lo del Che y Fuenlabrada fue una casualidad o el fin lógico de un proceso?
. Para mí fue un proceso. No lo conocía al Che, pero en mi mente cuando hacía los cursos era que yo quería ser entrenadora acb. Yo salí los cursos con esa idea, y se lo expresaba a todos mis amigos de la acb. Cuando el camino no está hecho, no sabes, pero yo muy persistente y me imagino mucho las cosas. Y de repente, llegó la chance. Nunca estuve quieta, siempre me salí de mi zona de confort para conocer gente. La semana anterior a la llamada del Fuenlabrada había estado charlando con Amaya (Valdemoro), diciéndole que no quería seguir en la oficina, que quería ser entrenadora, y se dio que Néstor (García), llamó a Amaya comentándole que quería una entrenadora para su cuerpo técnico y ella le dio mi nombre. Y así fue. 

 

- Aceptaste enseguida. 
. Él me llamó el 18 de enero de 2018, estuvimos hablando varias semanas, hasta que el 8 de febrero debuté. La conexión con Néstor fue instantánea. 

- Es fácil conectar con Néstor. 
. Mucho. Todos los que lo conocen, saben que Néstor llena la sala cuando entra. 

- Te subiste a un tren también, ¿no? Porque Néstor va rápido. 
. Jaja, yo aprendí mucho con él, sobre todo por su instinto para gestionar situaciones. Recuerdo perfecto el primer entrenamiento, porque él dijo en un momento 'ella es Anna Montañana, ya ustedes la conocen, va a ser nuestra ayudante, 1-2-3 ¡Fuenlabrada!'. No hubo más explicaciones. Todo fue normalidad. 

- Imagino que tu carrera deportiva ayuda para saber los momentos de los jugadores, las situaciones emocionales y demás. No sé si eso ya está solucionado para la que no sea exjugadora. 
. Yo sé la realidad y sé que no hubiera pasado si no hubiese tenido el pasado que tenía, y es muy injusto para las otras entrenadoras. Puede haber exjugadoras y exjugadores muy buenos o muy malos, y entrenadores que no hayan jugado y sean buenos o malos. Yo trato de atacar verbalmente bastante eso, para que haya consciencia. Hemos avanzado pero los números siguen siendo muy bajos, porque veníamos de una situación muy precaria en igualdad de oportunidades. 

-¿Y cómo fue la experiencia de Sabios en Colombia después de Fuenlabrada? Porque arrancar de head coach en Colombia no parece fácil.
. La verdad es que no podría haber salido mejor. Cuando yo salgo del Fuenlabrada, porque hubo un cambio de entrenador, que trajo su asistente, sabía que iba a ser muy difícil entrar en otro equipo de la acb, entonces cuando salió la chance de Colombia, donde pensaba que no iba a tener tanta presión como en mi país, e iba a ser un trabajo corto, con un equipo que tampoco tenía tanta presión por ganar, me pareció perfecto. Había que armar el equipo completo, entender la Liga, el país, etc. Me ayudó mucho. Pudimos armar un staff técnico muy unido y nos pasó de todo, desde que nos dejaran de pagar, hasta que echaran al director deportivo en medio del campeonato. Y así y todo nos metimos en playoffs. Para mí fue una historia de Netflix. Que acabó muy bien. Y creo que me gané el respeto también. 

-¿Qué hacés aquí sería la siguiente pregunta obvia? Por dinero no es, eso está claro. 
. Para mí es un buen paquete. Obras es un gran club, creo que lo tiene todo para crecer, me atrajo la ciudad, los jugadores, y eso me ayudaba a seguir creciendo. Un entrenador que deja que su equipo crezca con él. Todo encajó. No me costó decidirme. A mí me gustan los retos, y este era un paso adelante. Esta Liga, aunque no esté en su mejor momento, tiene buenos jugadores, buenos entrenadores, y un gen competitivo que a mí me gusta mucho. Siempre he tenido una curiosidad por eso. Vine a absorber. 

- Curiosamente o no, fuiste compañera en Valencia de Becky Hammon, la actual asistente en San Antonio Spurs y, muy probablemente, la que rompa el predominio masculino y sea la primera mujer en comandar un equipo en la NBA. ¿Hablaste alguna vez de esto con ella?
. Sí, fuimos compañeras en el Ros Casares. No lo he hablado, pero se veía que Becky iba a ser entrenadora. De ese equipo de Valencia, la mitad somos entrenadoras, y en la otra mitad estaba Amaya, que es comentarista en Movistar, Elisa Aguilar, que está de directora de las competiciones en FEB. Creo que allí nos alimentamos un poco todas. 

-¿Lo de Becky te hace pensar que ya se rompió la barrera con el tema de las entrenadoras mujeres en el baloncesto masculino o es muy prematuro decir eso? E incluso otras tareas, porque tampoco hay prácticamente managers o directoras deportivas mujeres. 
. No lo tengo que decir yo, pero tú lo acabas de decir, no hay. Una amiga mía acaba de fichar como GM del Sassari en Italia, pero casi no ocurre. Pensar que ya no hay barreras no se refleja en los números. Hay una consciencia de que nosotras podemos hacer el trabajo que antes no había. Ahora es como que somos una opción. Luego tú puedes elegir a otro profesional, pero el tema es que entremos en la ecuación. Igual estamos lejos. Desde que yo salí de la acb, no hay ninguna mujer entrenadora en ninguna de las categorías profesionales de España. Esa es la realidad, aunque hemos avanzado. 

-¿Hay algún motivo que veas para que no se avance más rápido?
. El mundo del deporte le ha puesto muchas barreras a las mujeres, porque incluso en el baloncesto femenino casi todos los entrenadores son hombres. Hay muchas razones atrás, culturalmente, y nosotras tenemos que dar un paso adelante y ser un número más grande: de entrenadoras, de árbitros, de mujeres que quieren ser directoras deportivas. Es importante que las jóvenes vean que hay mujeres que lo hacen, para que ellas puedan seguir un camino. Cuando yo quería llegar a la acb no tenía ningún espejo, no sabía cuál era ese camino. Tenemos que ser más visibles. 

-¿Cómo se porta el gremio de los entrenadores españoles en este tema?
. La verdad es que yo he tenido una buena experiencia, tanto cuando me fui del Fuenlabrada, en donde recibí llamados de muchos entrenadores apoyándome, como ahora aquí en Argentina, donde me mandaron muchos mensajes colegas dándome la bienvenida. 

- Indudablemente, si Becky llega a dirigir en la NBA, el impacto para que este proceso se acelere va a ser clave. 
. Estados Unidos siempre en estas cosas es líder. Ahora mismo hay como 10 mujeres entrenadoras ayudantes en la NBA, hay muchísimas entrenadoras en la NCAA, también en la rama masculina como asistentes...ellos son pioneros, van un poco por delante. También hay mucho más volumen y es una sociedad muy vocal cuando quieren conseguir algo. En Europa vamos muy por detrás, y supongo que en Latinoamérica también. 

- Últimas preguntas referidas a Argentina. ¿Habías visto algo, mucho o poco de la Liga antes de venir?
. Estando en Fuenlabrada ví partidos, porque fichamos a Maurice Kemp en ese momento, que jugaba aquí en Obras, también ví a Jasiel Rivero, cuando tuve que hacer su scouting en España. Y cuando fui a Colombia, ví muchos partidos porque quería fichar alguno para Sabios, y luego, cuando supe que venía a Obras, obviamente miré muchos partidos del equipo de la temporada pasada. 

. Más allá de la diferencia de cargo, supongo que la Liga Argentina te es más familiar que Colombia. 
. Bueno, creo que es más similar a España. La Liga colombiana es una competencia en evolución y están creciendo, pero no tiene nada que ver con Argentina. Aquí se parece mucho la forma de jugar con España. 

- Por lo poco que viste hasta ahora, ¿qué te pareció?
. Es difícil analizarlo ahora (NdR: la nota fue hecha antes del inicio de la temporada), porque no he visto a muchos equipos, pero lo primero que noto es igualdad. Siempre están los equipos que van a estar arriba, y otros abajo, pero veo una zona media muy igualada. 

-¿Y en características ves algo puntual? 
. Dicen que el nivel de la Liga lo marcan mucho los extranjeros, pero aquí veo que es una Liga muy nacional. No viví el pasado, sé que el nivel económico estos años ha bajado, entonces no hay tanta diferencia entre unos extranjeros y otros, entonces todo se basa más en cómo se construyen los equipos. Para mí en eso son todavía más importantes los entrenadores, porque no tienes un americano que te resuelva las cosas anotando todos los partidos 20 puntos. 

- Te vas a encontrar también con mucho joven. Obras, de hecho, es uno de los que más tiene. 
. Sí, a mí eso me gusta, porque los jóvenes tienen mucho rango de mejora. Eso tiene cosas positivas y otras no tanto, como el control del partido, de las emociones y demás. Esto es más montaña rusa, pero Obras viene de hacer una buena temporada, sus jugadores han tenido muchos minutos, hay modificaciones importantes, como la salida de Fernando Zurbriggen, que harán que otros jugadores tomen más responsabilidades. Aquí no tienes tiempo una vez que empiezas a competir, y es un reto bonito ver cómo mejorar los jóvenes durante el torneo. 

-¿Estás preparada para los largos viajes en bus en nuestro largo, hermoso y bendito país?
. Jeje. Pues, entrenada estoy, porque cuando jugaba en Salamanca, podíamos hacer 10-12 horas de bus. Incluso en Fuenlabrada. Tengo muchas horas a mis espaldas. No sé si aquí serán muchas más. Pero se pueden aprovechar esos viajes para adelantar trabajo, porque eso sí que es diferente aquí. En Europa jugábamos una vez el fin de semana y otra cuando teníamos competencia internacional. Aquí son más partidos, y además tendremos la Champios League. 

-¿Tenés algo planificado en tu vida a futuro? Este año en la Argentina es un paso hacia qué. 
. Mmm, pues la verdad es que yo siempre pienso que estoy en cada sitio por algo. Creo que este es un buen paso en mi carrera, que me nutre muchísimo, y quiero exprimirlo al máximo. Hay años que tienes la cabeza aquí o allá, o te consume la competición, y yo esto lo quiero vivir a tope, absorbiendo el máximo de todo: la Liga, el entrenador, la Champions... es muy difícil saber a dónde me llevará esto. Es complicada predecir la carrera del entrenador. 

- La última. Hace rato quiero armar una nota con los problemas de salud que han tenido los entrenadores de la Liga Nacional relacionados con su trabajo. ¿Cuán loco hay que estar para ser entrenador?
. Bastante. Creo que cambias mucho. Al principio es el infierno o la gloria. Entonces tienes que tener un entorno estable. Y eso te afecta física y mentalmente. La segunda temporada en Fuenlabrada tuvimos 3 entrenadores, nos salvamos del descenso en el último partido con un tiro de Paco Cruz sobre el final. Volví a casa y había engordado 6 o 7 kilos y estaba destrozada. Yo soy 24 horas de básquet, pero ese día llegué y entendí que tenía que parar. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

 

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