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Los Chicago Bulls de la temporada 1995/96 fueron históricos por donde se los mire. Un equipo único, plagado de talentos y personalidades atrayentes, que fue capaz de ganar 72 partidos en temporada regular (récord que sólo superaron los Warriors de 2016) y luego avanzar en los playoffs hasta conseguir el campeonato. Sin embargo, hay un logro que muy pocas veces es recordado. Involucra a Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman y es una buena manera de entender el dominio de aquel quinteto.
Desde que el escolta entró a la NBA en 1984, ellos conformaron el único Big Three capaz de meterse por completo en el Mejor Quinteto Defensivo de la misma campaña. Paradójicamente, ninguno de los tres se quedó con el premio al Mejor Defensor del Año, que cayó en manos de Gary Payton. No obstante, su impacto en ese costado de la cancha fue vital: MJ promedió 2,2 robos por encuentro, mientras que Pippen llegó a 1,7. Por su parte, Rodman se quedó con su quinto título rebotero consecutivo, al alcanzar una media de 14,9. Los Bulls ostentaron un Rating Defensivo de 101,8, el mejor de la competencia.
El trío conformado por las tres figuras de Chicago no fue el único capaz de lograr esto. También lo hicieron Willis Reed, Walt Frazier y Dave Debusschere en 1970, John Havlicek, Dave Cowens y Paul Silas en 1975, Lionel Hollins, Maurice Lucas y Bill Walton en 1968 y Bobby Jones, Maurice Cheeks y Moses Malone en 1983. Pero, desde que ellos se unieron a este selecto grupo, ningún otro tridente ha podido sumar sus nombres a la lista.