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Una vez más, Houston Rockets ha dado vuelta el mundo de la NBA al registrar un récord de volumen en cuanto al tiro exterior: en la victoria ante Oklahoma City Thunder por 111-98 en primera ronda, lanzaron 56 triples y establecieron la mayor marca de intentos desde el perímetro en un partido de playoffs. Lo curioso es que la previa también les pertenecía. Y que, bajo esas condiciones, suelen tener mucho éxito.

Según StatMuse, la franquicia texana ostenta un total de cinco enfrentamientos de postemporada en los que lanzó 50 o más veces desde larga distancia. Cuando muchos podrían pensar que la cantidad insinua una explotación sin sentido de un recurso, los datos demuestran todo lo contrario: ganaron todos esos juegos. La realidad indica que ningún otra franquicia de la competencia ha superado esa cantidad de lanzamientos perimetrales ni siquiera en una ocasión.

Con un plantel diseñado para adaptarse a un sistema basado en perimetrales que ya todos conocen como small o micro ball, parece lógico que el grueso del empuje ofensivo de los Rockets sea desde el tiro de tres puntos. Sin embargo, los números exhibidos por los de Mike D'Antoni desde su llegada a la institución son cuanto menos revolucionarios. Quizás, una muestra de lo que se impondrá como norma en apenas unos años: triple o muerte.