15:53 07/06/2020
Drazen Petrovic estaba acostumbrado a ser la estrella más brillante de todas durante los partidos decisivos. Esa era una de las principales características de quien fue, para muchos, el mejor jugador europeo de todos los tiempos. Un ejemplo de ello fue el encuentro ante el Limoges en la Copa de Europa de 1986, en el que el Mozart de Sibenik anotó 51 puntos (ocho triples seguidos) y repartió diez asistencias para liderar a la Cibona de Zagreb en una victoria por 116-106. A 27 años de su fallecimiento, el recuerdo de una de sus grandes hazañas.
Fuente: CroPETROforeverNBA