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No hay dudas de que el movimiento va a generar polémica y acusaciones de nepotismo, pero la realidad, es que por estas horas, Austin y su padre, Doc Rivers, harán historia al transformarse en la primera dupla padre técnico - hijo jugador de la historia de la NBA.

Rivers, que fue cambiado algunos días atrás a Boston desde New Orleans en el traspaso que terminó con Jeff Green en los Grizzlies, ni siquiera va a llegar a debutar en los Celtics. La franquicia ya tiene todo definido para cambiar al escolta a los Clippers, a cambio de un par de jugadores con contratos que expiran al final de esta temporada y seguramente, una selección de segunda ronda del Draft. Sólo quedan detalles burocráticos para confirmar el traspaso.

Rivers llegó al básquet NCAA con mucha prensa, en parte por sus cualidades y en parte por ser el hijo de Doc Rivers. La realidad, sin embargo, es que ni en su tiempo en la Universidad de Duke ni en sus tres campañas NBA ha logrado estar a la altura de su reputación, promediando poco más de 6 puntos y 39% de campo durante 165 juegos con los Pelicans.

Ahora veremos que efecto tiene en su carrera el ser dirigido por su padre, y a la vez, si esto genera algún tipo de rispideces dentro del vestuario de los Clippers. Algo es seguro, la situación no podría ser más ideal para Rivers, quien si no despega ahora, seguramente será porque sencillamente no tiene el material para hacerlo.

Por otro lado, hay que decir que los Boston Celtics cambiaron ayer a Jameer Nelson a los Denver Nuggets, recibiendo a Nate Robinson, quien de todas maneras ya fue cortado por la franquicia que maneja Danny Ainge, para hacer lugar para el traspaso de Rivers. La misma suerte podría correr próximamente Tayshaun Prince, quien llegó la semana pasada desde Memphis.