Unión Vecinal 73 - River Plate 82
River venció a Unión y pasó a Cuartos de Final / Prensa Unión Vecinal
Unión Vecinal luchó pero River fue más inteligente y se llevó el pase a la siguiente ronda con un triunfo por 82-73. Luego de haber sacado la diferencia en el tercer parcial, la visita supo mantener la diferencia y logró la victoria. Maximiliano Pellegrino se erigió en el mejor de los de Santín con 29 puntos, mientras que en el Amarillo no alcanzaron las 23 unidades de Juan Ignacio Bruno.
El cuarto encuentro comenzó de la misma forma que los anteriores, con River tomando la iniciativa de la mano de Gianluca Pellegrino (3/3 en triples) y Unión teniendo que correr de atrás en el tanteador de la mano de Bruno (10 puntos). Así, los de Santín sacaron las primeras ventajas y cerraron el parcial inicial al frente por 20-14.
En el segundo capítulo, el Amarillo mejoró un poco en defensa y esto le permitió acercarse, aunque luego de pasada la mitad del cuarto Gavotti gravitó a partir de sus penetraciones y buen juego de espaldas. En ofensiva, los de Navazo encontraron en Bruno y Winschel a sus baluartes para mantenerse a corta distancia, pero un triple de Gandolfo sobre la chicharra dejó el tanteador al entretiempo con la visita arriba por 42-34.
Al regreso del descanso largo, el Amarillo continuó sin encontrar variantes en ataque y dependió constantemente del trabajo de Bruno en el poste bajo. Así, los de Núñez aprovecharon el nerviosismo de los locales y se distanciaron de la mano de Maximiliano Pellegrino, para llegar a los diez finales con los de Navazo abajo por 61-48.
En el final del partido, la visita fue inteligente para administrar la diferencia y mantenerse arriba gracias al mayor de los Pellegrino y apariciones esporádicas de Gavotti. Unión, por su lado, continuó apostando a Bruno para anotar y le costó encontrar otras variantes a partir de la buena defensa que propusieron los de Santín. Así, los minutos pasaron, el Amarillo no logró remontar y fue victoria de River por 82- 73.
Unión Vecinal (73): Winschel 9; González 10 (X); García 7; Núñez 2 y Bruno 23 (F.I.); Genoro 10; Kruzich 2 y Alvarez 10 (X). DT: Ignacio Navazo.
River Plate (82): G. Pellegrino 12; Kot 4; M. Pellegrino 29 (X); Gavotti 21 (X) y Rodríguez 5 (X) (F.I.); Elesgaray; Gandolfo 5; García 4 y Ferrer. DT: Roberto Santín.
Estudiantil Porteño 65 - Racing (Avellaneda) 67
Racing ganó en un juego infartante / Prensa Estudiantil Porteño
Racing Club de Avellaneda supo cerrar mejor un juego cerrado, y venció a domicilio 67-65 al local Estudiantil Porteño. De ese modo, se adelantó en la serie de octavos 2-1, y tendrá la posibilidad, en el mismo escenario, de cerrar este viernes en caso de reiterar la victoria. De vencer los de Ramos Mejía, se definirá todo en el Sur.
El máximo artillero de la Academia fue Sebastián Alvarez con 15, pero de ellos, terminó siendo fundamental la bomba que rompió la paridad en la curva final del cotejo, cuando los de Germán Intonio tuvieron una racha que los puso al frente por 5, y supieron cuidarla dentro de un contexto de juego luchado, friccionado y muy áspero.
Por el lado de Porteño, Pablo Barrios se erigió en el artillero, con 18 unidades, entre ellos cuatro triples, su especialidad.
Comenzaron como en toda la serie, con las defensas muy intensas, sin concesiones, y ello llevó a ambos planteles a no conseguir tiros cómodos, y si varios errores. Además, los dos propusieron con sus hombres altos el cierre de sus pinturas, y la proliferación de faltas, por lo que desde la línea de libres, la visita consiguió escaparse 9-3 en la primera mitad de ese segmento. Con marcas personales, Ignacio Del Peral sobre Alejandro Eiguren y Sebastián Álvarez sobre Santiago Juárez, fue la propuesta de ambos entrenadores buscando evitar la fluidez de juego en sus contrincantes. En medio de esa paridad, la ventaja la disponía Racing con el buen trabajo de Facundo Jerez e Iván Antoniuk en la zona pintada. Desde la trinchera de enfrente, la habitual entrega en Guillermo Crespo e Hilario Gutiérrez.
Ante la muralla albiceleste, los de Juani González apelaron al tiro a distancia, pero los porcentajes no estuvieron en ese lapso efectivos, y por eso, ya transcurridos siete minutos, el tablero los continuaba mostrando con tres puntos.
En las rotaciones, el local encuentra los espacios de conversión vía Barrios y Crespo, y se van al primer descanso arriba 13-11.
Con el segundo cuarto, los del oeste se ven más precisos y lúcidos en ataque; pickandroll entre Ignacio Siniuk y Juárez, asistencia en la llave de Ramiro Rodríguez a Siniuk, triple de Barrios, y el minuto de Intonio ante la primera ventaja grande de Porteño. Restando 2:49, el 25-18 reflejando la enorme tarea defensiva del local, ante un Racing que frente a la imposibilidad de convertir, se hizo fuerte en su propia pintura para no dejar escapar al rival en el tanteador. El cierre de ese cuarto fue una síntesis de los veinte minutos: una ofensiva desprolija, el pase a Ignacio Romani, que intenta franquear un muro de gente alta, infracción, y los dos libres marrados.
El segundo tiempo comienza en los mismos parámetros ásperos, con el clima en aumento entre los protagonistas. Racing consigue acercarse, pero la virtud de Porteño estuvo en todo ese segmento en no dejarse atropellar. Una falta de Juárez ante Eiguren cuando lanzó más allá de los 6,75 lo lleva al base a la línea. Erra los tres, pero en el último, toma el rebote, finta, doble y falta, la cual convierte. Esa jugada fue un quiebre, porque hasta ese momento el conductor no estaba teniendo una noche destacada, y desde ese instante cobró un protagonismo en ascenso que lo catapultó en uno de los responsables de la victoria de su equipo.
Un gran cuarto de Hilario, poniéndose al equipo al hombro en ofensiva, y el ingreso al cuarto decisivo con un magro 40-37.
Esos diez finales, dos bombas de Crespo y Barrios llevan al 46-40, otro minuto de Intonio, y la algarabía de la parcialidad local por esa ventaja que ante lo exiguo del tablero, parece larga. Pero Racing se pone otra vez en partido con cuatro libres seguidos, y desde ese momento, Porteño no tendrá la posibilidad de escaparse como en la mayor parte del juego. Y cuando Álvarez mete esa bomba que rompe la paridad, lo instala a su equipo arriba desde aquel inicial 9-3, ya la visita mirará el resto del encuentro comandando las acciones. Los dos libres de Antoniuk les insuflan tranquilidad.
Para eso, influyó bastante la lesión de Juárez en uno de sus tobillos, cuando quedaban casi cuatro minutos, y allí se resintió bastante la estructura del local.
El clima dentro del rectángulo incandescente, muchas quejas, palabras cruzadas entre los jugadores, y el desenlace pírrico de Porteño, quien ve a Crespo salir de la cancha por cinco, con 1:11 por disputar.
Desde allí, los nervios del anfitrión por intentar dar vuelta el asunto, ponerse a una posesión, y con exactos 20 segundos, una buena maniobra de Eiguren, asistencia a López Banegas, quien con otro misil de larga distancia, establece el 66-61 lapidario. Las ganas de Porteño por descontar no alcanzó, y en un final con discusiones, Racing festejó un triunfo sufrido, infartante, que lo pone otra vez con ventaja de localía, y la posibilidad de definir todo este viernes, cuando vuelvan a verse las caras en el mismo escenario. Porteño, sin margen, intentará ganar y estirar la serie hasta un quinto juego en Avellaneda.