Basquetplus.com

Para la gran mayoría de los jugadores internacionales que llegan a la NBA la adaptación no es nada fácil. Y eso sufrió Walter Tavares, que con sus 2.20 de altura tuvo poco menos de 13 partidos entre 2015 y 2017.

En charla con Eurohoops destacó que en Atlanta “no tuve una oportunidad. Quizás no llegué a Atlanta en el momento adecuado. Cuando llegué allí, no tenían el mejor equipo de Atlanta de la historia. Ahora, tienen grandes jugadores, llegaron a los Playoffs muchas veces”.

 El final de la 2016/17 lo tuvo en Cleveland, jugando un solo juego: “En Cleveland también dijeron que me amaban. Querían que me quedara en la G League para esperar el lugar. Estaba enfadado. Entonces, decidí probar algo nuevo para ser feliz como jugador de baloncesto nuevamente”.

A la vez, cerró contando lo que le produjo: “Empecé a odiar el baloncesto. Lo principal era ser feliz nuevamente, trabajar duro y mejorar en la cancha”. Y ese dolor era porque el deporte le salvó la vida: “el baloncesto me salvó la vida. Voy a morir en la cancha cada vez que tenga una oportunidad. Así que ninguna lesión me va a dejar fuera del juego”. Lo siguiente sería su llegada a un Real Madrid donde ha hecho historia y es uno de los mejores de Europa.