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Victor Wembanyama es el prospecto de la NBA más publicitado desde LeBron James, pero resulta que el baloncesto no fue su primer amor. Increíblemente, en realidad era judo su deporte favorito al crecer.

Wembanyama proviene de padres atléticos y sorprendentemente altos, quienes lo guiaron en sus actividades atléticas. Con solo cuatro años, a instancias de su madre, quien era una consumada jugadora de basquet profesional, comenzó a jugar el deporte de la pelota naranja.

Pero debido a que su padre era un ex saltador en largo, Victor también incursionó en la pista de atleticismo durante un año en la escuela primaria. Sin lugar a dudas, esto explica el por qué de su capacidad para, a semejante altura, correr la cancha como una gacela y anotar en transición. 

Sin embargo, el primer deporte que practicó Wembi era Judo, con lo que no se quedó y decidió seguir probando otras disciplinas. En su familia nadie era luchador ni nada por el estilo, por lo que le proveía algo nuevo donde no debía seguir los pasos de su familia. Aún así, la naranja está en las venas de los Wembanyama. 

Aún con su amor por el judo, Wembanyama hizo atletismo y fútbol, todo antes de entrar al mundo del básquet. Era cuestión de tiempo: su mamá y hermana jugaban, siendo esta última una actual jugadora juvenil en el equipo francés femenino. En cuanto Wembi empezó a ver lo bueno que podía ser en el deporte, el judo fue un pensamiento secundario: más allá de su pasión, había encontrado un propósito al que se sentía destinado. 

Siendo sinceros, no se equivocó. Victor promete ser uno de los jugadores más indefendibles que se han visto, con un arsenal, altura y talento que parece creado en un laboratorio. Más allá de su talento nato para jugar al básquet, el "qué hubiera pasado" si decidía quedarse en el mundo de las luchas es un pensamiento más que interesante.