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Desde su salida de Cleveland, Kyrie Irving estuvo más en boca de todos por sus pensamientos que por su talento fuera del campo. Que antivacunas, que la tierra es plana, que la religión, y varias cosas más que alejaron el foco del base nacido en Australia de lo que mejor sabe hacer, jugar y desparramar su enorme talento en la NBA.

Primero pidió ser traspasado de Cleveland, luego dos decepcionantes temporadas en Boston y finalmente una estadía en Brooklyn que incluyó declaraciones controversiales, no vacunarse contra el Covid y la posterior ausencia en la burbuja, mensajes antisemitas y hasta el no poder jugar como local. Después de todo ese prontuario, Dallas decidió tomar el riesgo y se lo llevó para armar la dupla con Luka Doncic. Y después de una primera etapa de dudas en cuanto a su compatibilidad, la 2023/24, y especialmente los playoffs, han permitido explotar por completo al base.

Con una franquicia que lo ayuda y le permite solo concentrarse en jugar (hasta tuvo un cocinero para él solo cuando estaba en etapa de Ramadán), Irving lleva los mejores números de su carrera en los playoffs.

Lleva una máxima de 28.8 puntos en estos primeros cuatro juegos ante los Clippers, con 51% de campo, 48.5% de tres y 90% de libres. Además, suma 6 rebotes, también su máxima de carrera, 4.5 rebotes y 1.8 robos por encuentro. Y a pesar de la derrota en el cuarto duelo, sus 40 puntos no pasaron desapercibidos.