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Desde su temporada de rookie en 1984, Michael Jordan siempre fue una de las estrellas más miradas y uno de los jugadores más codiciados en todo el mundo. Los Bulls llevaban tres temporadas sin acceder a playoffs y cuando llegó el joven de la universidad de North Carolina alcanzaron en tres oportunidades seguidas la primera ronda de postemporada, pero siempre cayeron ante los Boston Celtics de Larry Bird.

El poderío de Michael aumentaba, al igual que sus impresionantes números. Entre el 85 y el 87 se vio un terrible salto en sus promedios, ya que pasó de 22.7 a 37.1 en el año 1987. Gran parte de las ofensivas de los Bulls pasaban por las manos de Jordan, y quienes empezaron a tomar nota de esto fueron los Bad Boys de Detroit Pistons.

A Detroit le quedó una espina clavada luego del 4 de abril de 1988. Ese día, Michael Jordan les anotó 59 puntos en un partido de temporada regular, donde los Bulls vencieron a los Pistons las tres ocasiones que se enfrentaron en temporada regular, pero tenían un plan para detener a Michael.

Tal es así que se enfrentaron en las semifinales de conferencia en la temporada 1987/88 y el resultado fue categórico, 4 a 1 para los Pistons. La clave del éxito estuvo en la defensa hacia Michael, donde allí nacieron las Jordan Rules.

Estas consistían en un sistema de defensa muy férrea sobre el jugador 23. Ideado por Isiah Thomas, uno de los jugadores más odiados por Jordan, la idea era que el escolta de los Bulls siempre estuviese defendido por dos hombres, gracias a un gran sistema de ayudas ideado por todos los Bad Boys.

Al principio los resultados fueron buenos. Los Pistons vencieron a los Bulls en las semis del 88 y en las finales de conferencia de 1989 y 1990 por 4 a 2 y 4 a 3 respectivamente. Pero a finales de la temporada 89 cambió la historia, gracias a la llegada del legendario Phill Jackson.

El mítico entrenador impulsó la creación del triángulo ofensivo entre Jorda, Pippen y Rodman, y fue imposible parar a esos Bulls. Las Jordan Rules sacaron los mejor del escolta y tuvo actuaciones maravillosas para guiar a su equipo a lograr una seguidilla de tres anillos entre 1991 y 1993. Este sistema ofensivo fue tan bueno, ya que le hizo mucho daño a los Pistons en las finales de conferencia del 91, donde los Bulls los barrieron por 4 a 0, para luego obtener su primer trofeo de campeón luego de vencer a los Lakers.