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La relación entre Jimmy Butler y Miami Heat parece haber llegado a su fin. Después de la caída por 115-128 ante Indiana Pacers, el escolta dejó clara su postura: "Veremos pronto cuál es ese equipo, porque lo que quiero que pase es disfrutar otra vez jugando al baloncesto". Estas palabras no solo confirman su frustración, sino que también oficializan su deseo de abandonar la franquicia con la que alcanzó dos Finales de la NBA, pero donde ahora se siente marginado. Butler, visiblemente pasivo en los últimos encuentros, agregó: "Quizás mi rol aquí es salir y defender, pero no es lo que estoy acostumbrado".

El desencadenante del conflicto parece estar en la negativa del Heat a extender su contrato por dos años y 113 millones de dólares. Pat Riley, presidente del equipo, marcó distancia con el escolta al afirmar que "si no estás en la pista en el momento importante, lo mejor que puedes hacer es callarte", refiriéndose a la ausencia de Butler en la última serie de playoffs por una lesión. Esta falta de respaldo sumada a una temporada frustrante terminó por desgastar la relación. Según reportes de ESPN, Butler lleva meses esperando una solución que no llega, mientras el equipo tantea un mercado complicado por su edad, problemas físicos y carácter difícil. Pero pidió ser traspasado. Eso queda claro.

Con un récord irregular y una plantilla limitada, Miami enfrenta un presente sombrío. Las apuestas por jugadores como Nikola Jovic y Jaime Jaquez Jr. no han rendido frutos, mientras el equipo parece incapaz de aspirar al nivel de los mejores del Este. "Aquí soy feliz fuera de las pistas, pero quiero volver a ser dominante, jugar y ayudar a que mi equipo gane. Y no es lo que estoy haciendo ahora", sentenció Butler, dejando claro que su deseo de irse no tiene vuelta atrás. Su salida, aunque inminente, enfrentará la férrea negociación de Riley, quien intentará obtener el máximo posible antes del cierre del mercado.