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Luka Doncic vivirá una noche sumamente especial cuando por primera vez vuelva a la que fue su casa hasta febrero. Dallas recibirá a su última figura, esa que le sacaron de las manos y donde hasta ahora ha salido perdiendo desde que se diera el traspaso del esloveno a los Lakers a cambio de Anthony Davis. Y apunta a ser el peor de la historia del deporte estadounidense desde Babe Ruth.

Es que el traspaso de Ruth a New York desde Boston en 1920 a cambio de dinero en efectivo es considerado como el peor en la historia del deporte yankee. Sin ir más lejos, los Yankees desde allí crecieron exponencialmente y los Red Sox no ganaron una Serie Mundial en 86 años hasta el 2004. En total fueron 125 mil dólares en efectivo y otros 300 mil dólares en sesiones para el dueño del equipo.

A diferencia de este hecho, Nico Harrison consiguió activos buenos como Anthony Davis, aunque parezca poco ante la super estrella que representa Doncic, no solo dentro del campo sino afuera de la cancha. Harry Frazee, de los Red Sox, hizo el acuerdo con los Yankees solo para conseguir dinero y no con el objetivo de mejorar al equipo, ya que apuntaba al teatro de Broadway, y con ese dinero por Babe Ruth invirtió en una obra de teatro llamada “No, No, Nanette” que fue el musical más taquillero de la década.

La mayor diferencia, para tener un contexto, es que en esa década de 1920 no había ingresos de televisión en el béisbol, y una obra de teatro hacía 10 mil dólares semanales, contra los posibles 100 mil dólares que podían ganar los equipos por temporada. Así, el teatro era sumamente más rentable que el deporte.

Las dudas por las posibles lesiones son las que pueden trazar un paralelismo entre ambas estrellas. Cuando se concretó el traspaso, Frazee afirmó que el traspaso era hecho ya que la rodilla de Babe Ruth podía dejarlo fuera de las canchas en cualquier momento.

A pesar de este vaticinio, Ruth terminaría jugando 15 años más y sería campeón de la Serie Mundial en otras cuatro oportunidades, para tener su nº3 retirado por los Yankees. Doncic, desde su llegada a Los Angeles, en plena adaptación ha llevado a los Lakers al tercer puesto del Oeste y apunta a ser la gran figura del futuro de la franquicia.