Informe

Lakers o Nets, ¿cuál fue el fracaso del año?

17:09 02/05/2022 | Los Lakers y los Nets armaron súper equipos para ser campeones y quedaron eliminados de forma temprana. ¿Qué caso fue peor?

LeBron por un lado, KD-Irving por el otro: los dos fracasos del año (Getty)

La debacle producida en la segunda mitad de la temporada con Los Angeles Lakers tapó muchas cosas que pasaron en el torneo en otros equipos. Una franquicia tan poderosa, con LeBron James y Anthony Davis en el equipo, más incorporaciones rutilantes (e inexplicables), más el cuarto presupuesto mayor de la Liga, hacían que el objetivo mínimo fuera la final del Oeste, donde no aparecían tantos candidatos a hacerle fuerza, a partir de la lesión de Kahwi Leonard (sin plan de retorno) y no tantos cucos, salvo Golden State (todavía sin Klay Thompson) y Phoenix, el finalista de la 2020/21 que prometía subir todavía un poco más su techo. 

En la otra punta del país, en diagonal, había otro con mucha presión encima: Brooklyn Nets. La llegada de Harden, más la permanencia de Durant e Irving, lo colocaban en la misma línea de los Lakers, porque además empezaban sin lesionados, aunque con una baja no forzada, como la de Kyrie, que ya empezó condicionando a su equipo cuando se supo que no se vacunaría contra el Covid-19, condición que la NBA al principio, y los Estados, impusieron como condición para que los deportistas pudieran jugar. 

El caso de los Lakers lo analizamos apenas terminó, pero vale hacerlo de nuevo en comparación, para ver cuál de los dos fracasos sobresalientes de la temporada ha sido peor. Los angelinos jugaron como un apostador de ruleta, que dobla cada apuesta hasta ganar. El tema es que eso tiene un límite, que es el tiempo. Apostó por: a) que Anthony Davis no se iba a lesionar en todo el año; b) que LeBron James iba a jugar un mínimo de 70 partidos; c) que en ese esquema, Russell Westbrook iba a tener un ambiente favorable a sus características. No pasó ninguna de las tres. Si acertaba las 3, o 2 al menos, posiblemente estaría jugando todavía. 

Lo de los Nets fue menos azaroso, aunque hasta cierto punto. Porque todo tiene un pasado y un origen. Tener a Kevin Durant fue la movida mayor en cuanto a tener una garantía. Aunque venía de romperse el Aquiles, algo de lo que nunca se sabe cómo vuelve un deportista, KD es un cheque al portador. Volvió bárbaro, y él no fue justamente el problema. Llenar al equipo de nombres, algunos con mucho presente (Harden, Irving), otros muchachos con roles que parecían ideales para este equipo (Mills, Brown, Claxton), más varios veteranos de calidad (Griffin, Aldridge, al final Dragic), suponía una buena mezcla. El riesgo mayor de Sean Marks, el GM de los Nets, fue fichar a Steve Nash como entrenador, aunque tenía su porqué. 

Nash había estado como ayudante en Golden State en la época de Durant, había hecho una gran relación con él, y estaba claro que ese grupo tan pleno de figuras necesitaba alguien que conociera desde adentro cómo funciona un vestuario. Nash, además, tiene una enorme paz, no es polémico, es dialoguista, y tuvo el ok de sus jugadores de arranque. Los problemas de Brooklyn, a nuestro juicio, tiene punto de inicio y de final: Kyrie Irving. Con su decisión de no vacunarse, Irving rompió todo el clima interior, humano y deportivo. 

En lo humano, porque si bien hay que respetar las posiciones de cada persona, Irving volvió a mostrarse ignorante en una causa que mató a millones de personas. Digan lo que quieran, estar contra las vacunas no es una actitud amigable, aunque cada uno haga con su cuerpo lo que quiera. Eso por un lado. Por el otro, obligó a Nash a tener prácticamente dos tácticas distintas cuando la NBA, ya tarde, volvió a dejarlo jugar, primero solo de visitante, y luego también como local. Los partidos clave para no caer al play-in fueron o sin él, o con él en casa y sin él afuera. Un despropósito total. Eso derivó en el enojo de Harden, en su salida del equipo y en su partida para recibir a un Simmons que nunca llegó a debutar. Bien Seth Curry y Drummond, pero insuficiente. 

Lo de Brooklyn, sin poder endilgarle a la dirigencia el poder adivino de que habría una pandemia y que luego una de sus estrellas no se querría vacunar, tuvo un alto riesgo. Irving es un jugador que tuvo problemas en sus últimos 3 equipos (Cleveland, Boston y ahora los Nets) y Harden lo mismo, más allá de que posiblemente en la 2020/21 tuvo uno de sus años más completos. Nada cubre el estrepitoso fracaso. Ni la justificación de las lesiones de Durant y Harris, ni que les tocara Boston en primera ronda. Nada. 

De todos modos, creemos que lo de los Lakers fue muchísimo peor, porque si bien el factor lesiones fue ampliamente superior al de los Nets, eran más esperables, como también la baja probabilidad de que Westbrook se adaptara a un rol de acompañante. Además, y quizá es lo peor de todo, para armar a este equipo se desarmó por completo al grupo de jóvenes al que hace algunos años le apuntaban, e hipotecaron económicamente el futuro cercano, con mochilas como el contrato de Russell y la falta de picks de draft de primera ronda hasta el 2026. Un fracaso deportivo y dirigencial como probablemente nunca hubo antes en la historia. 

 

Compartir