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Los que peinamos canas (muchas), recordamos aquel momento especial. Después de 11 años, un jugador lograba superar una marca que, años atrás, parecía imposible. Fue el 5 de abril de 1984, y allí, Kareem Abdul-Jabbar, anotaba su punto 31.420 para dejar atrás a la leyenda Wilt Chamberlain, que había terminado su carrera el 10 de mayo de 1973 con 31.419.

Jabbar siguió jugando hasta 1989 y estiró la marca a 38.387 puntos (siempre hablamos de serie regular solamente), lo que esta vez sí se pensó que sería una cifra que duraría quizá siglos. Eran tiempos donde surgía un tal Michael Jordan, pero 38.000 puntos era una barbaridad. De hecho, Jordan quedó lejos al final de su carrera, más de 6.000 abajo. Es cierto, dando la ventaja de retirarse y volver dos veces. 

La cuestión es que los años pasaron y el 38.387 no tuvo nunca un alto riesgo. Karl Malone, una bestia anotadora, se quedó en 36.928 y Kobe Bryant, el tercero, en 33.643. Hasta que apareció él. The King. The Chosen One. LeBron James.

LeBron hizo todo bien para romper cada récord que exista en la NBA. No le alcanzarán los años para igualar los 11 títulos de Bill Russell, pero ganó 4 con 3 equipos distintos, igualando la mejor marca. En temporadas, lleva 19, una menos que Kareem y 3 menos que Robert Parish, pero ¿alguien apostaría que no jugará 3 más, o 5, o 10? Dice que su sueño es jugar en un equipo con su hijo Bronnie, así que por qué no.

En el rubro de este artículo, los puntos, LeBron ya está tercero, con 36.205 anotados hasta hoy martes 11 de enero. Este año lleva una media de 28.9 por juego, a sus 37 años, el cuarto mejor promedio de su carrera, el mejor desde la 2009/10, cuando tenía 25 años. Realmente un elegido y un profesional de dimensiones únicas en el deporte mundial. 

Si hacemos cuentas básicas, llegamos a esta conclusión. A los Lakers le faltan la mitad de los partidos de este año (41). Imaginemos que LeBron baja su promedio a 25 por juego. O mejor, redondeemos. Hace 1000 en lo que queda de esta temporada (24.4 por partido). Atrás quedará por buen margen Malone y solo deberá ir por Jabbar. Hagamos otra cuenta. Promediando estos 28.9 puntos, James necesitaría 76 partidos para superar a Jabbar. Es improbable que pueda hacerlo, pero la realidad es que lo está haciendo. 

Salvo que se lesione o que baje demasiado su capacidad anotadora, James se convertirá en el máximo anotador de la historia de la NBA sobre el cierre de la temporada que viene (2022/23), casi 40 años después de la última vez que el récord fue roto. Y 34 años más tarde del retiro de Kareem. La pregunta es: si LeBron decide seguir, ¿cuál será la vara donde deje el récord? Esta vez si parecería que podría durar siglos. Pero vaya uno a saber si no hay algún LeBron niño dando vueltas por ahí.