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Lea Bolmaro fue el último argentino en ser elegido en el draft de la NBA. Su posición 23 en la edición del 2020 fue la mayor para un albiceleste en la historia, superando a Carlos Delfino. Sin embargo, su paso por la liga no fue como lo esperaba, según contó en charla con Básquet Plus.

Minnesota lo tomó para la 21/22, dándole pocas chances y solo 35 partidos con poco menos de 7 minutos de media, mientras que para la 22/23, que podía ser una de consolidación, fue parte del paquete de traspaso que llevó a Rudy Gobert a los Timberwolves, y el Jazz le dio aún menos chances, con solo 14 partidos. Todo eso fue un golpe duro que lo llevó a replantearse mucho en su vida.

-¿Caíste que ya se van a cumplir cinco años de que te eligió la NBA en el draft de Minnesota?

. 5 años ya en junio. Incluso de temporada me pasó volando, empezamos hace seis meses más o menos y quedan tres meses y ni cuenta me di, pero pasa que son tantos partidos, tantos viajes, tanto todo que no te das ni cuenta. El año pasado también incluso pasó volando. Me estoy volviendo viejo, ya tengo 24 años, pero cada vez estoy más tranquilo. Cada vez estoy más tranquilo, encuentro más solidez, consistencia. Antes me ponía muy nervioso antes de los partidos, ahora estoy encontrando más tranquilidad. Así que me gusta esto.

-¿Qué te llevaste de tus pasos por Minnesota y por Utah?

. De la NBA no me llevé mucho. Tuve mucho tiempo para entrenar individual, para ponerme físicamente bien, probar varias cosas, cambiar la dieta, muchas cosas que pasé, pero nunca tuve consistencia ni dentro ni fuera de la cancha, así que no me gustó, no disfruté, no sé si volvería. Estuve en los dos lados y en Europa disfruto mucho más, cuando juego disfruto. Y si no juego, no me gusta el básquet, así que prefiero estar en un equipo donde juego antes que estar en un equipo donde estar sentado en el banco, que no se lo recomendaría a nadie y ya pasa por no disfrutar, fueron dos años difíciles en lo mental. También me traspasaron, entonces eso te da más bronca, muchos cambios, todo un negocio. Ya vimos lo que pasó este año con Doncic incluso, fue una locura y estamos hablando del mejor jugador de la NBA, entonces le puede pasar a todo el mundo. Obviamente tuve la experiencia y ya sé lo que es ahora. Así que, en un futuro, si tengo de nuevo la oportunidad, voy a tener en cuenta muchos otros factores, no solo el baloncesto, sino también afuera. Para mí, la vida en Europa es como en casa, como en Argentina. En Estados Unidos era otra cosa, no me gusta mucho. Pero tenía que pasar y ya sé lo que es ahora, gracias a Dios, ya ahora estoy bien y disfrutando.

-¿Cómo era bajar a la G-League? Te seguíamos en los partidos y eran canchas prácticamente vacías, un estilo completamente diferente, no debería ser fácil motivarte.

. Motivarme seguro porque yo jugaba 30 minutos. Entonces tenía un poco de ganas adentro, pero por fuera también yo quería estar en la NBA y era difícil. Era un cambio muy grande de pasar a la G-League y a la NBA. Pero ahí podía ir y hacer mis cosas, lo que venía entrenando y haciendo el mismo día. También podía agarrar un poco de confianza porque esos dos años tuve muchas dudas, incluso de volver a Europa. Pensé muchas cosas, incluso ya me había cansado del básquet, mentalmente fue duro y busqué un psicólogo, no fue nada fácil. Y él volver a Europa me tenía preocupado, con un poco de desconfianza en mí mismo, porque en Barcelona jugué muy buen y después era duro ir a Bayern, pero fue lo mejor que hice con Pablo Laso que me dio confianza, me dio el equipo básicamente. Entonces ahí fue cuando agarré viaje de nuevo y pude demostrarme a mí mismo, a nadie más, que estaba al nivel de Europa.

Alejandro Malky / [email protected]
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