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Pamela McGee era una figura del básquet femenino de Estados Unidos, jugadora de la WNBA. En 1987 había llegado a España y fue todo un acontecimiento dada su figura internacional. Allí conoció a George Montgomery, drafteado por Portland en 1985, era un jugador estadounidense que jugaba en Andorra y luego jugó en Olimpia de Venado Tuerto. A partir de esta relación quedó embarazada, pero el futuro padre desapareció de su vida y el miedo a ser madre soltera hizo que Pam pensara en abortar a su futuro hijo.

Pero era muy religiosa y, a falta de dos días para tener a su hijo, escuchó las palabras del párroco, que se refirió a la vida como un regalo precioso del señor. A partir de allí, la jugadora decidió seguir con su embarazo y descartó por complejo la chance de no tenerlo.

A partir de allí su infancia no fue fácil igualmente, con viajes y mudanzas, además de bullying habitual por su altura. Además, en un divorcio Pam perdió la custodia de su hija, hermana de JaVale, Imani.

El básquet corría igualmente por las venas del joven McGee, que llegó a los 2.13 metros de altura y rápidamente empezó a destacarse. A partir de ese momento, su madre se convirtió en su mentora y lo acompaña hasta estos días.

Pero a su llegada a la NBA se hizo público algo que sufría de chico, un trastorno de déficit de atención, lo cual contó al llegar a Denver Nuggets en 2012, con cuatro años de experiencia ya en la liga. Cabe destacar que fue elegido en el Draft de 2008 por Washington Wizards, que insólitamente no lo tenían ni en el top 60 de posibles jugadores a elegir.

“Tengo un ‘déficit de atención’ extremo. Cuando era pequeño intentaron darme un tratamiento con fármacos como el Ritalin, pero no lo tomé. Simplemente no quise seguirlo. Se me diagnosticó cuando era joven, hace ya mucho tiempo, pero tengo que admitir que es divertido ser así. Nunca te aburrís” comentó McGee.

A partir de ese momento en los Nuggets, poco a poco George Karl pasó de no darle minutos a ayudarlo a crecer dentro del equipo. A pesar de esto, el bullying que hacía Shaquille O´Neal en la televisión le sacó confianza.

Pero poco a poco trabajó y llegó en 2016 a Golden State, donde fue un activo importante en el equipo de Steph Curry para lograr dos anillos de manera consecutiva. En 2020 nuevamente llegó a la gloria, pero de la mano de LeBron James y Los Angeles Lakers. Para completar su gran momento, logró el oro con Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio.

La actualidad lo tiene en unos Phoenix Suns que buscan el anillo luego de haber llegado a la final en la temporada pasada. Sin dudas, McGee ya es un ganador de la vida.