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El año 2009 para Fabricio Oberto fue movido con su llegada a Washington. Y luego se vio envuelto como testigo del histórico cruce de Gilbert Arenas con Javaris Crittenton con armas de por medio en el vestuario.

En charla con Infobae, el cordobés recordó: “El arma fue un problema de apuestas. Jugaban a las cartas y discutieron y fue escalando. Yo iba con los auriculares, viendo, un equipo completamente diferente al que había estado. Y de repente Arenas le dice ‘mañana  si no me pagás te voy a prender fuego el auto’”.

Y agregó: “Al lado mío estaba Antawn Jamison y me dice ‘no estaciones al lado de su auto’ y me di cuenta que era real. Y al otro día llego, miro en el vestuario y a un costado había armas en una silla. Empezaron a discutir y cuando veo todo eso dije que si hay dos personas que están armadas, ¿a quién le van a pegar un tiro? A mi”.

Pero no quedó allí porque apareció la ley: “Apareció la policía y alguien avisó que éramos 6 o 7 en el vestuario en ese momento. Y me llamaron y dije que estaba en el gimnasio, no quería tener problemas con nada. Al rato me llamaron y dijeron que era la misma pena que los involucrados si yo había visto algo y diste falso testimonio”.

Y allí Fabri volvió sobre sus pasos: “Me llamaron de nuevo y les dije todo, que tenían buzo verde, pantalón negro, se dijeron esto, siguieron y todo lo que vi. Eso llevó a que esté durante tres o cuatro días durante el sistema de Justicia de Estados Unidos, ir a declarar al Gran Jurado”.

El cierre de esta historia tiene un último agregado. Arenas volvió al equipo al año siguiente, pero lo mandaron a Orlando y en la 2011/12 se terminó su carrera en Memphis. Pero a Crittenton le fue peor. En agosto del 2011 lo detuvieron acusado de dispararle a una mujer que tenía 4 hijos y matarla, en un episodio confuso. El 29 de abril de 2015 lo sentenciaron a 23 años de prisión. Sigue en la cárcel.