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En una decisión que sacudió por completo la recta final de la fase regular, Denver despidió al entrenador Michael Malone y al mánager general Calvin Booth, apenas a tres partidos del cierre del calendario. La medida no solo desconcierta por el momento —a días del inicio del Play-In— sino también por el historial reciente: Malone no solo llevó al equipo a su primer título en 2023, sino que desde 2019 los Nuggets han sido una presencia fija en los Playoffs. Sin embargo, cuatro derrotas consecutivas, una marca de 47-32 y una ventaja mínima de 0.5 partidos sobre el séptimo puesto bastaron para un corte tajante.

La salida de Calvin Booth también genera ruido. Fue él quien diseñó parte de la ingeniería que llevó al anillo de 2023, apostando por perfiles como Bruce Brown, Kentavious Caldwell-Pope y Christian Braun, piezas claves en la consagración. Denver perdió consistencia defensiva, y jugadores como Jamal Murray han estado limitados por lesiones, lo que complicó una estructura que dependía mucho del trío Jokic–Murray–MPJ.

El despido de Malone marca el fin de una era. Desde su llegada en 2015, cosechó un récord de 471-327 (59% de victorias) y cambió la cultura de una franquicia históricamente irregular. Su salida a las puertas de los Playoffs deja más preguntas que respuestas, pero expone el nivel de exigencia en una liga donde el pasado reciente ya no alcanza. Los Nuggets apuestan al shock para evitar el colapso final. David Adelman, asistente del entrenador despedido asumira el cargo principal de manera interina.