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En la historia de la NBA hay tantas historias, justamente, tantos casos, como jugadores que participaron de la misma. Hay un sinfín de grandes promesas que no llegaron a colmar las expectativas, mientras que otros tantos que fueron mucho más lejos de lo que se esperaba de ellos.

Un caso particular y especial es el de Jason David Williams, más conocido como Jay. Tenía grandes condiciones atléticas lo cual lo llevó a destacarse no solo como jugador de básquet, sino también en fútbol y vóley, además de ser un gran ajedrecista. 

En su carrera basquetbolística, Jay fue una estrella en los tres años que estuvo en la Universidad de Duke jugando para los Blue Devils. Con el correr de las temporadas fue mejorando considerablemente, lideró a su equipo, incluso fueron campeones de la NCAA y él, en lo personal, consiguió gran cantidad de reconocimientos individuales, incluido el prestigioso James Naismith al mejor jugador del año en la competencia universitaria.

Las sólidas y vistosas actuaciones, lo pusieron rápidamente como uno de los grandes prospectos y firme candidato a ser elegido en la primera posición del draft de 2002. Fue relegado al segundo lugar detrás del gran proyecto chino: Yao Ming. Chicago Bulls fue quien escogió al base de 1.88 metros depositando todas sus esperanzas luego de venir en caída libre desde el retiro de Michael Jordan.

Jerry Krause, manager de los Bulls, con Bill Cartwright, como entrenador, escogieron a la joven promesa con muchas expectativas y rápidamente logró acoplarse a Derrick Rose, Jamal Crawford, Marcus Fizer y Tyson Chandler, armando un buen plantel. El equipo dejó una buena imagen y las esperanzas de continuar mejorando en la próxima temporada eran muchas.

Pero de repente, en un segundo, todo cambió. El 19 de junio de 2003, Jay venía de dar una charla jóvenes jugadores en un campus de verano y sufrió un grave accidente en las calles de Chicago en su motocicleta nueva de grandes cilindradas.

Williams se estrelló contra un poste de luz sufriendo lesiones de gran gravedad: se fracturó la pelvis y los ligamentos de la rodilla, dañando un nervio de la pierna. Estuvo hospitalizado durante tres meses y medio e incluso los médicos se plantearon la amputación de la pierna.

Durante su recuperación se convirtió en comentarista de la liga universitaria estadounidense para ESPN y en 2006, tres años después de su accidente, sorprendió a todos: firmó contrato con New Jersey Nets y se esperaba que pueda volver a jugar en la NBA.

El integrante del Quinteto Ideal de los rookies en la temporada 2002/03, pero tras cinco partidos de pretemporada, fue cortado. En diciembre de ese mismo año se unió a Austin Spurs de la Liga de Desarrollo de la NBA, intentando recuperar su carrera deportiva, pero al poco tiempo decidió retirarse por completo. 

Se dedicó de lleno a ser comentarista para ESPN y hoy es uno de los más calificados en el rubro, dejando trunco su sueño de continuar su carrera como jugador de básquet y el anhelo de todo Chicago de devolver a los Bulls a los primeros planos de la NBA. En su carrera también tuvo participación internacional: integró el seleccionado estadounidense en el FIBA Américas U20 del 2000 donde fueron subcampeones tras perder ante Argentina y también jugó el Mundial del 2002 en Indianápolis, en el cual terminaron sextos.