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Cómo analizar el partido 3 de estas finales de la NBA desde mi lugar mucho más cercano a los Warriors sin fastidiarme por las actitudes de Draymond Green, un jugador que no se analiza en números solamente. Es su presencia y su aura protectora, es lo global, el corazón que bombea juego en todas dimensiones y direcciones. Pero a veces esa influencia, cuando no es positiva, desacelera esa máquina de jugar bien al básquet que es el equipo de Steve Kerr. En mi relato anterior hablamos de CONTAGIADOR. Hoy podríamos pensar que a veces sus compañeros deberían usar barbijo.

"La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros". Jane Austen. Aunque nunca leí sus novelas, me gusta esta frase, y desde aquí le pedimos a Dray que no condimente su orgullo con tanta vanidad para el próximo partido.

El partido

Las asignaciones defensivas siguen tomando toda mi atención, como también las formaciones de los equipos. Kerr propone un quinteto inicial con Looney y Green para contrarrestar el poderío de Robert Williams y Horford, y esto muchas veces la saca el espacio, pero es inevitable si quiere que Green tome a Brown y no quedar desprotegido ante Williams, que si no estuviera Looney sería tomado por un perimetral, como pasa en tramos del juego, y así Wiggins se ocupa de Tatum.

¿Por qué hablamos de esto? Porque cuando los Warriors apostaron por su equipo small, pleno de tiradores y un solo interno, sufrió muchísimo, cuando no anotó, el rebote ofensivo y los puntos en la pintura, algo que Boston corrigió con respecto al partido anterior.

El cazador de defensores que hace Tatum, esta vez, fue más efectivo y castigó a Poole y a Curry (tempranamente cargado de faltas). Esa estrategia defensiva de cambiar con los débiles, atacarle el dribling con presión y obligarlo a penetrar fue perfectamente aprovechada por esta joven estrella a punto de doctorarse en súper estrella de la NBA. Además, Brown ganó fácil en situaciones de llegada y otra vez anotó triples y muchos puntos en el primer cuarto, pegando primero, pero fuerte.

La defensa de asignación con mentalidad de anticipación de Boston mejoró muchísimo, muchas veces Smart con Green de arranque para cuando éste en sus bloqueos o acciones de mano a mano propone cambio y poner a un gran defensor con un gran atacante.

Las pérdidas de Boston y la aparición en plenitud en la serie de Thompson hizo real una remontada bastante forzada, y logró que el partido sea otro, de paridad, con Curry encendido pero por primera vez sufriendo en defensa, tal vez por la acumulación de faltas o por determinación distinta de Tatum. Y Smart diluía las dolorosas pérdidas con un gran partido en los dos lados.

Con Golden State siempre a tiro de racha, Boston lograba pequeñas diferencias con su trío a pleno. Tatum, Brown y Smart limpiaban las manchas de sus compañeros y le daban mentalidad de resistencia y personalidad en el momento de quiebre.

Con un Wiggins dudando en ataque, extrañando al cristalino y fresco Poole, que parece que no reguló bien el PH y continúa estando turbio, el coach de Warriors fue perdiendo confianza en su equipo ultra ofensivo porque perdía en el rebote defensivo en momentos clave, y no eran solo rebotes, sino puntos de segunda oportunidad que daban respiro y consolidaban una victoria merecida totalmente. El riesgo tomado por Boston de defender el pick and roll a Curry seguidor con el hombre grande esperando dentro, sacó el ritmo de pases y lo indujo a la resolución rápida, valiente apuesta, analizada después de victoria.

Kerr tiene que administrar la defensa, las asignaciones para no perder rebotes y defensa interior con formaciones ofensivas para que el espacio sea un problema de Boston (si Porter arranca en defensa). Definirse por su esencia y ganar desde la ofensiva o ajustar con buenos defensores pero sin tanto tiro que sacan espacio. Uuuuuhh, la vida del entrenador...decidir.

Estoy de vacaciones escribiendo esto y ya me angustié un poco de solo pensar que Udoka y Kerr tienen que decidir cosas para el próximo. Respiro y vuelvo a disfrutar. 

Los de San Francisco deben no ser solo un gran tercer cuarto, sino no perder rebotes abrumadoramente con el que lo condenó Boston. Los ofensivos, multicausales, ya descriptos, por poner formaciones livianas más características de jugadores de Boston y los defensivos, que traslucen más la baja eficiencia del rival y el buen o mal box out.

Los Celtics están marcando el camino, llevan la ventaja en iniciativa y en victorias. A los Warriors se los ve sufriendo, pero el que teme sufrir, sufre de temor, dice el proverbio chino.

Por Diego Vadell, entrenador de San Martín de Corrientes