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¿Pueden estos Celtics ser los Bulls de los 90?

17:25 06/06/2022 | Quizá parezca exagerado porque obviamente no hay un Michael Jordan, pero surgen similitudes que podrían prever una dinastía celta.

Pippen y Jordan, en 1991; Brown y Tatum, hoy (Getty)

En 1991, las finales de la NBA tuvieron una definición muy esperada. Por un lado, los legendarios Lakers, liderados por Magic Johnson, que habían ganado 5 anillos en los últimos 11 años, y que volvían a la definición dos años después de la última, perdida. Su rival eran los Chicago Bulls, el equipo liderado por Michael Jordan, que llegaba a su primera final tras años de frustraciones. Ninguno de sus jugadores tenía siquiera un partido final de experiencia. Los Lakers, en cambio, sumaban 135 partidos. 

¿Les suena conocido? Bueno, obviamente no todo es similar, pero resulta particularmente atractivo ver la cantidad de situaciones parecidas que se están viviendo hoy. Porque a los datos casi idénticos (cantidad de títulos de un equipo y del otro, frustraciones previas, diferencia de experiencia en finales, etc), podría agregarse otro dato: la serie entre Lakers y Bulls empezó 1-1. Aunque la ventaja de localía la tenía Chicago, y en ese entonces las finales se jugaban con formato 2-3-2. Para los que no lo recuerdan, Chicago fue campeón ganando los 3 partidos en LA (nunca había pasado), y coronándose 4-1. 

Está claro que la mayor diferencia que podríamos anotar en esta comparación de café es que en Boston no hay un Michael Jordan. O, al menos, no un Michael Jordan como Michael Jordan. Porque Jordan en 1991 no era el mismo que en 1994 y obviamente menos que el de 1998, cuando sumó su sexto anillo de campeón. Era una figura en alza, para algunos el mejor jugador del momento, pero que después de ser campeón NCAA y oro olímpico en 1984, sumaba derrotas y golpes en los playoffs. Después de 1991 fue otra historia. 

Estos Celtics tienen algo que sí nos hace acordar a aquellos Bulls. Primero, dos estrellas centrales (Tatum y Brown), al estilo de Jordan-Pippen, con una enorme personalidad y coraje para afrontar los desafíos pese a su corta edad. Tatum tiene hoy 24 años y Brown, 25. Desde que empezó en la NBA (2017/18), Tatum jugó dos finales de Conferencia, dos semis y cayó una vez en primera ronda.

Jordan, en ese 1991, tenía ya 28 años, había perdido 2 finales de Conferencia seguidas contra Detroit, 1 semi y tres veces había caido en primera ronda, dos contra los Celtics de Larry Bird. Resulta difícil, sabiendo cómo terminó la historia, imaginar a estos Celtics equiparando a unos Bulls que dominaron la década de los 90 con 6 anillos, pero cómo no ilusionarse con un Boston que, además de Tatum y Brown, tiene a Grant Williams (23 años), Robert Williams (24), Derrick White (27) y Marcus Smart (28). 

Además, lo que mejor tiene Boston es grandes cerebros detrás. Antes lo fue Danny Ainge, el real artífice de este grupo, y también Brad Stevens, su pareja desde el banco como entrenador, y ahora ocupando su cargo en los escritorios. A la NBA no le vendría nada mal volver a tener a los Celtics arriba, como posta de los Warriors o de la era LeBron. Quizá todavía les falte algo de horno, pero ya están para cosas grandes. Y si no, que lo diga Golden State. 

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