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Anthony Edwards ha emergido como la cara de Minnesota Timberwolves para la temporada 2024-25. Luego de liderar al equipo hasta las Finales de Conferencia Oeste y brillar en los Juegos Olímpicos, Edwards asume un rol más maduro. Con su capacidad atlética y defensiva en constante evolución, se prepara para llevar a sus espaldas a un equipo reforzado con jugadores como Julius Randle y Rudy Gobert, apuntando a un campeonato en una Conferencia muy competitiva.

El joven de Minnesota tiene claro su nuevo rol de líder tras la salida de Karl Anthony Towns y expresó como llevará ese rol en entrevista con Chris Tucker: "Puedo estar de acuerdo en no estar de acuerdo porque, en el juego de hoy, todo el mundo es diferente. No puedes hablar con todo el mundo igual... Tienes que hablar con los jugadores de otra manera. Ciertos jugadores pueden aguantarlo. Hablo con algunos de mis compañeros de equipo como, 'Oye, haz tu mierda. ’ Pero algunos jugadores, tienes que ir a hablar con ellos en el lado. No puedes maldecirlos delante de todos".

Un enfoque sencillo de contrastar con el de otras épocas y otros lideres. Edwards adopta un enfoque diferente. Reconoce que no todos los jugadores responden bien a la crítica dura y que a algunos compañeros es mejor corregirlos en privado. Esta flexibilidad busca maximizar la cohesión del equipo, evitando los conflictos internos que a veces marcaron la era de los Bulls de Jordan y los Lakers de Kobe.

Michael Jordan y Kobe Bryant compartieron un enfoque obsesivo por el éxito, cimentado en anécdotas que reflejan su estilo exigente. Por ejemplo, la serie documental The Last Dance expuso momentos incómodos pero reveladores de cómo Jordan lideraba mediante la intimidación, destacando su intento de provocar a Scott Burrell. "Traté de que me peleara", mencionó Jordan, explicando que su objetivo era empujar a Burrell más allá de sus límites, aunque el jugador nunca respondió de esa forma, siendo "demasiado buena persona" para reaccionar agresivamente​.

Asimismo, Jordan no se detuvo ni ante compañeros como Steve Kerr, con quien protagonizó una pelea en un entrenamiento. Según Kerr, tras una acumulación de roces, intercambiaron golpes en la práctica. "Lo mejor que hice fue defenderme", reflexionó Kerr años después, subrayando que esa confrontación extraña terminó fortaleciendo su relación y mejorando la química del equipo​.

Por otro lado, Kobe Bryant admiraba profundamente esta mentalidad agresiva de Jordan y buscó replicarla en su carrera. Como mencionó en múltiples entrevistas, Kobe se inspiró en la voluntad inquebrantable de Jordan para llevar a su equipo a la cima, sin importar el costo emocional que eso pudiera implicar. Esta similitud se convirtió en un vínculo especial entre ambos, donde Bryant veía a Jordan como un mentor y rival a la vez​. Dos eminencias ganadoras con métodos muy distintos a los que presume Edwards, pero con frutos bien cosechados en materia ganadora, veremos como le va a Ant-Man por su lado.

Pablo Catalá / [email protected]
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