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Los mundiales tienen miles de historias en todos los deportes. Y esta mezcla tanto al fútbol como al básquet a través del marplatense Iván Guerrero. Es que el entrenador de la Selección Femenina de Qatar fue elegido para ser el voluntario que ayude en los entrenamientos al seleccionado que tiene a Lionel Messi como gran figura.

Para quienes no lo conocen, Iván se presentó de esta forma: “Hice todas las inferiores en Peñarol y a los 18 años comencé a asistir en mini. De a poco me fui metiendo en el femenino con Santiago Belza y Tomás Sirochinsky. En el momento que Santi se va a Bahrein, quedé como asistente del equipo y estuve cuatro años en Peñarol y llegué a dirigir a la primera división, jugando dos Federales y la primer Liga Nacional Femenina. A Peñarol le tengo mucho cariño, es el club donde empecé a jugar, donde tengo a mis amigos, siempre que voy a Argentina voy a Peñarol, ahora que hicieron la fiesta de los 100 años me hubiera encantado ir. Le debo muchísimo, además de los mentores que hemos tenido como Osvaldo Echeverría, que me ha ayudado en todo. Fue una persona muy importante para mi, como jugador y como entrenador”.

En 2020, decidió emprender nuevos rumbos y se fue a un país muy especial, Islandia. “Fue mi primera experiencia profesional y fui después de la Liga Nacional Femenina con Peñarol. Me fui en octubre como primer asistente de un equipo de primera división de la liga de Islandia. Fue hermoso, una experiencia única, un país hermoso, creo que de los mejores países del mundo que he llegado a conocer. No solo por los fenómenos naturales que tiene, sino también por el clima, su gente, los paisajes, es increíble. Vivir allá se hizo un poco duro porque vivía en un pueblo de seis mil habitantes, mucho frío, la gente no sale de las casas, es como que es muy sedentario, y mi vida era ir al club, al gimnasio, a la pileta e ir a casa y repetir. Pero una hermosa experiencia, quedé con muy buena relación y siempre me llaman para volver a Selfos, el club donde estuve, que eso me deja muy contento porque se que tengo las puertas abiertas”.

Su llegada a Qatar fue un proceso largo, luego de un paso por Dinamarca: “Llego a Qatar por mi representante. Estaba de vacaciones en enero en Grecia y me llega un llamado ofreciéndome el puesto de entrenador de la selección femenina de Qatar, y después de un largo proceso de papeles, currículum, carta de recomendación, en febrero me seleccionan y llego a Qatar. Antes estaba en Dinamarca entrenando y decidí venir en mayo”.

El básquet es el mismo en todo el mundo, pero los contextos son bien diferentes, como cuenta Guerrero sobre el país asiático: “El básquet femenino acá es muy diferente al de Argentina y a todo lo que se pueda ocurrir. Realmente está muy verde, no hay clubes de femenino, estoy trabajando en hacer la primera liga femenina, que va a comenzar en enero, junto a los managers y directivos. Hay academias que van y entrenan, pero no hay una liga y se hace muy cuesta arriba. Después de la pandemia es como que el deporte en Qatar bajó exponencialmente, y más en el femenino, porque en el masculino retomaron las ligas”.

Y a su vez, comparó el básquet femenino argentino con el qatarí: “La diferencia es que tenemos muchísimas mujeres que juegan y una gran riqueza en cuanto a entrenadores y jugadores, porque hay mucho talento para explotar en Argentina. Acá es todo diferente, claramente no se si es tan apoyado el deporte femenino. Hoy por hoy se está dando más lugar al femenino en Argentina”.

En cuanto al Mundial de Fútbol, el marplatense explicó que fue un proceso lleno de particularidades. “Fue muy loco. Yo me anoto en junio y en julio me confirmaron que había quedado. Cuando hice la entrevista me dijeron en qué puesto quería estar, y yo quería estar cerca de la selección, y había un puesto que era training sights and services con árbitros y equipos. Cuando me entrevistan le digo que me gustaría eso, le cuento que era entrenador, que se cómo se mueven los equipos, y cuando me preguntó le dije que quería Argentina. Ahí me dijo ‘yo ya se que sos argentino’. Cuando me confirmaron que era voluntario nunca dijeron el equipo”.

Y la sorpresa llegó hace pocos días. “Yo estuve en octubre en Argentina y el 15 había un entrenamiento para explicar la función y me la perdí. Cuando llegué acá hace una semana, me llamaron y me preguntaron si seguía con interés de hacer el voluntariado, empezamos a hablar en español, el chico era argentino y me di cuenta que era por la Selección Argentina. Y ahí me dijo para estar con la selección”.

Su sueño se cumple, dado su fanatismo por la figura argentina: “En ese momento mi corazón estalló, porque tengo dos ídolos, Lionel Messi y Michael Jordan, y voy a tener la posibilidad de conocer a uno, verlo entrenar, cómo se mueve, increíble”.

Alejandro Malky / [email protected]
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