Scola, un billete de un dólar y cómo ganarse el fondo del bus

17:12 06/10/2021 | Se sabe que todos los grupos tienen códigos, a veces un tanto exóticos. Esta es la historia de uno que convirtió a Luis en parte de uno único.

Todos los protagonistas de la historia, en el 2001: Fernández arriba a la izquierda, Manu abajo, tapado, Palladino, Pepe, Victoriano y Scola (Foto Marcelo Figueras)

Seguramente habrá una razón psicológica de por qué los grupos humanos arman distintas metodologías para protegerse, aún cuando la mayoría de ellas no sirve para eso. Se les llama de diferente forma: cábalas, códigos, pero tienen todas la misma intención. Ser parte de. En el deporte, probablemente, es donde más abundan, y aún colectivos sin cábalas, como la Generación Dorada, tuvo sus costumbres particulares. 

Esta la contó hace poco Gabriel Fernández en sus redes sociales, y explica de alguna manera la mentalidad de cada uno de los protagonistas. Gaby y varios otros de los integrantes de la selección argentina en el Premundial 2001 de Neuquén, venían juntos desde mucho antes en distintos equipos juveniles. Y en general eran nacidos entre 1976 y 1977: el propio Fernández, Pepe Sánchez, Manu, Oberto, Victoriano, Palladino, etc. Y eran un grupo muy unido. Luis Scola, en cambio, con 21 años (clase 80), no había todavía "entrado" en esa élite social. 

Ese grupo más veterano, entonces, tenía como una de sus costumbres copar el fondo de los buses en los viajes, tanto largos como el que los llevaba a la cancha, y Luis quería ser parte, pero cuando insinuó sumarse, lo pararon entre todos y le dijeron claramente: "No Luis, esto no es para cualquiera". Para probarlo, Manu Ginóbili  un billete de 1 dólar y lo firmaron 5 jugadores: Manu, Pepe, Gaby, Lucas y el Toro. Cuando decidieran habilitarlo, tenía que tenerlo encima. 

Pasó el Premundial, salieron campeones invictos, luego subcampeones del mundo en Indianápolis, Scola se consagró en Europa como la mayor aparición joven de la época, ganó la acb 2001/02 y ya era una estrella en ciernes. Llegó entonces el Preolímpico de Puerto Rico, en el 2003. Lo que pasó en el inicio del torneo lo cuenta Gaby Fernández. 

"Llegando al primer partido contra México, el tema volvió a salir. Pepe, que era uno de los beneficiarios, le dijo: ´Luis no podés estar acá, aparte te acordás que en Neuquén te dimos algo'. La verdad es que ninguno de nosotros se acordaba ya de eso. Y entonces Luis, con una gran sonrisa, sacó su billetera marrón, la abrió, y rescató el billete de un dólar firmado por todos nosotros". Desde ese día, Luis pudo acceder al exclusivo fondo del bus en los viajes. Y comenzó otra historia. Que terminó hace dos semanas. 

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