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San Martín lo hizo de nuevo. Le ganó otra vez a Gimnasia, nuevamente por buena diferencia, 74-67, lo eliminó 3-1 y se metió en semifinales de la Liga Nacional por segundo año consecutivo. Emiliano Basabe fue la imagen del triunfo, con 17 puntos y su clásico ayuda en todo, pero en realidad la figura fue el equipo, que se pasó la pelota excelentemente y tuvo una gran defensa. 

Se podría decir que lo ganó en el primer cuarto, porque sacó 12 rápido, 21-9, y luego una máxima de 16 (27-11), con una enorme defensa que maniataba a Elliott y provocaba malos tiros, más allá de los errores de Gimnasia no forzados (extrañó demasiado el gol de su norteamericano y Vega apareció muy tarde). 

Lo pudo llevar con mucha tranquilidad casi toda la segunda mitad, más allá de una recuperación de los sureños en el tercer período, cuando se puso 5, pero que se quedó en amague. Los cortes de Basabe por línea de fondo para la habilitación de Saiz y los bombazos de Ferreyra en el último cuarto, terminaron de desarmar a un Gimnasia que volvió a tener enormes problemas para anotar, sin poder superar nuevamente los 70 puntos.

Por segundo año consecutivo, más allá de que en la 2020/21 no hubo localías, los correntinos se meten en semifinales viniendo desde abajo, y esta vez el mérito fue mayor, porque lo hizo ganándole en su casa al mejor récord de local de la Liga. Ahora le tocará en el próximo cruce el ganador de Instituto-Regatas, que mañana jugarán el cuarto partido en Corrientes, con ventaja para los cordobeses 2-1.

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