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Cuando se estaba armando el seleccionado de Estados Unidos para París 2024 la gran duda pasaba por saber cuál de todas las estrellas de este equipo tomaría un rol secundario. Y Devin Booker fue la gran figura NBA que lo tomó sin problemas, para terminar siendo clave en lo que fue el segundo oro en su carrera después de Tokio 2020.

Sin ir más lejos, cuando terminó la conferencia de prensa Steve Kerr pidió la palabra para elogiar a la estrella de Phoenix: “Estuvo increíble durante toda la ronda. Simplemente lo que hace, juego tras juego. Sólido como una roca. Cambió por completo su papel de la NBA a la actualidad. Fue una especie de MVP anónimo”. Tremendo elogio de su entrenador para un jugador del que poco se habló, pero que dio muchísimo al equipo.

Acostumbrado a un rol netamente ofensivo y de anotación en los Suns, Booker tomó la responsabilidad de ser el 3&D del quinteto titular de Estados Unidos. En ese contexto tuvo un altísimo 56.5% de tres puntos y 57.1% en dobles. Además, se encargó en general del mejor perimetral rival y también supo pasar el balón con 3.3 asistencias por encuentro. Fue importante ante Serbia en el debut con 12 puntos y 4/5 en triples, ante Brasil con 18 y 5/7 y en la definición frente a Francia con 15 y 6/10 de campo. Una figura que supo correrse de las luces para brillar desde otro lugar al que está acostumbrado, y lo hizo de enorme manera.