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Era fines de octubre de 1980. Mike Krzyzewski acababa de tomar el cargo de entrenador de la Universidad de Duke tras 5 años en la Armada. En ese entonces Duke no tenía reputación en el básquetbol, pero Mr. K, demostrando lo que sería con los años, apuntó alto. 

En ese 1980, varias de las principales Universidades de los Estados Unidos estaban obsesionadas con quedarse con un joven de 17 años de la escuela Laney High que era impresionante desde lo atlético. Se llamaba Michael Jordan y en su año senior promedió triple doble: 29.2 puntos, 11.6 rebotes y 10.1 asistencias. 

Krzyzewski fue por él, como varios, pero MJ terminó eligiendo North Carolina, que era ya una Universidad de prestigio y también estaba cerca, como Duke, de su casa en Wilmington. Krzyzewski no se amilanó y empezó su carrera en Duke sin Jordan. Obviamente, no supo hasta un tiempo después lo que se había perdido. 

Sin embargo, demostrando que era un entrenador distinto, cuando Jordan desestimó Duke, le envió una carta que se publicó hace unos días, y que decía lo siguiente:

Sr. Michael Jordan. Estoy apenado de escuchar que usted no tiene interés en saber más acerca de la Universidad de Duke. De todos modos, quiero que sepa que mi staff y yo le deseamos lo mejor en su carrera colegial. Usted es un buen joven que hará impacto inmediato cualquiera sea el destino que elija. Ten cuidado y la mejor de las suertes. Sinceramente, Mike Krzyzewski. Entrenador Jefe de Básquetbol. 

El destino los unió ocasionalmente varios años después, con Jordan ya convertido en megaestrella, siendo parte del Dream Team de 1992 en el que Krzyzewski se desempeñó como asistente de Chuck Daly, en el que fue unánimemente el mejor equipo de la historia de este juego.