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Venezuela quiere volver en burbuja en octubre, ¿y la ventana FIBA?

14:12 26/09/2020 | La competencia nacional no se disputa desde el 2019 y su nueva organización anunció ayer que la temporada empezará el mes próximo. ¿Qué pasará con la ventana?

En Venezuela hace rato que el básquetbol quiere normalizarse, pero la situación política del país, en conflicto permanente desde hace mucho tiempo, ha hecho que no se juegue la Liga Profesional desde el 2018, cuando Guaros venció a Trotamundos 4-3. Hablamos de agosto de 2018. Luego hubo una copa LPV de dos meses, antes del Mundial 2019, y nada más. Para que los jugadores tuvieran algo de actividad antes de China. La ganó Trotamundos a Guaros, en una F4. 

Ayer viernes, en sus redes sociales, la Superliga (así se llamará ahora la competencia nacional), oficializó a 12 equipos, que presentaron formalmente su carta de intención de jugar el torneo: Guaros de Lara, Guaiqueríes de Margarita, Cocodrilos de Caracas, Bucaneros de la Guaira, Gigantes de Guayana, Llaneros de Guárico, Broncos BBC, Spartans Distrito Capital (dirigido por el argentino Pablo Favarel), Supersónicos de Miranda, Cangrejeros de Monagas, Brillantes de Maracaibo y Cóndores de Zulia. Y otros cinco pidieron prórroga, pero también están interesados: Trotamundos de Carabobo, Centauros de Portuguesa, Diablos de Miranda, Gladiadores de Anzoátegui y Héroes de Falcón. 

La Superliga empezaría a fines de octubre, con formato de burbuja en una única sede, bajo los protocolos presentados en su momento a los organismos sanitarios, pero no hay fecha porque necesitan la aprobación del gobierno nacional. De hecho, todavía no han autorizado los entrenamientos. Además, la Federación Venezolana aspira a organizar una de las ventanas de FIBA en noviembre, para la que postuló a Isla Margarita. ¿Le suena? Sí, todo muy parecido a la Argentina. 

En realidad, Venezuela, en principio, arranca algunos pasos atrás en varios rubros. Primero, al no tener la autorización para entrenarse todavía, suena difícil que puedan empezar en menos de un mes con jugadores que hace más de un año (algunos), que no juegan. Segundo, la mayoría de los equipos no tiene todavía fichado ningún jugador. Es decir, deberían fichar, recibir el ok para entrenarse, juntar a los jugadores y empezar en octubre. Muy compicado.

Cuando la Liga oficialice el arranque, cada club deberá comunicar qué jugadores tiene, para que esos no entren al mercado, con lo cual quedará armada una lista de jugadores libres que podrán ser negociados. Ahí el mercado se moverá con todos los clubes para armar los planteles.  

Además, como ya ocurre desde hace tiempo, los clubes necesitan el acuerdo con el gobierno para que les habilite los dólares para poder pagarle a los jugadores extranjeros. Un sistema increíble que solo puede pasar en Venezuela, el país donde todo es posible (Argentina también, para qué vamos a negarlo). 

El otro tema es que, al mismo tiempo, la sede de la ventana FIBA que pretende Venezuela es la misma que pretende Argentina, y el problema sería el mismo: si Venezuela, cuyo entrenador es el argentino Fernando Duró, está jugando una Liga en burbuja, abrirla para que su selección viaje a otro país a jugar le saldría carísimo y le rompería la burbuja al menos 10 días. Por eso, están dispuestos a invertir el dinero que haga falta para quedarse con esa sede. Pero no todo es cuestión de plata. 

Esta semana, el director ejecutivo de FIBA Américas, Carlos Alves, nos dejó bastante claro que la opción de Venezuela genera muchas dudas, porque la decisión hay que tomarla en las próximas dos semanas y Venezuela, hoy, no tiene nada armado en firme. Igual, la Isla Margarita pareciera un sitio bajo en riesgos, aunque nadie confía demasiado de las cifras del gobierno del país caribeño. Argentina, en cambio, tiene la sede definida (Córdoba), los protocolos armados y la decisión de las burbujas de la Liga también avanzadas.

Sea como sea, si el lunes próximo, día en el que se supone que la Superliga anunciará los clubes definitivos que participarán del torneo, que duraría unos dos meses, confirman las fechas, habrá un país que tendrá que reformar sus planes cuando FIBA elija la sede de la ventana de noviembre. Salvo que se busque una salida alternativa, que hoy no asoma viable.
 

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