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En la primera semifinal del Final Four, el candidato más fuerte del torneo, Bahía Basket, se enfrenta a una de las revelaciones positivas del mismo, el Boca Juniors de Sebastián Festa.

Por nombes, los bahienses se encuentran uno o dos escalones por encima del resto y eso ha quedado reflejado en los números, perdiendo apenas un juego en la campaña (como visitante ante Lanús). Promediaron más de 82 puntos por encuentro y permitieron apenas 62, por lejos la mejor defensa del certamen y también el mejor diferencial global.

La cuestión con los dirigidos por Mauro Polla es que es fácil confudirlos con un equipo de Liga Nacional. De hecho, muchos de sus integrantes vienen siendo claves en el gran presente del conjunto mayor de Sebastián Ginóbili, por lo que no es complicado entender la diferencia que marcaron a este nivel. Todavía deben jugar, en el mejor de los casos, dos partidos para buscar el campeonato, pero hasta el momento, han sido el equipo de la 2014/2015 en la LDD.

Bahía tiene una rotación larga, con ocho jugadores de calidad LNB y en muchos casos, con pasado o presente en selecciones juveniles. Antes hablábamos de la gran defensa que demuestran y todo ello empieza desde su base, Gastón Whelan, quien si bien apenas promedió 5,1 puntos en 14 encuentros, se destacó como un verdadero especialista en la marca.

En el perímetro, los de Polla están recargados: Máximo Fjellerup, Lucio Redivo y Ayan Nuñez Carvalho como escoltas, mientras que Juan Pablo Vaulet y Martín Fernández, como aleros. Talento, capacidad atlética, tiro, defensa, ataque. De todo. De cuatro, jugando de frente al aro, presentan a otro interesante valor como Rodrigo Gerhardt, mientras que el pivote es Ariel Ramos, motor del plantel por su energía, esfuerzo y capacidad rebotera.

Intentando sorprender al gran candidato aparece Boca, con armas distintas aunque igual de válidas. Está claro que los de Festa no tienen la profundidad ni las variantes de su rival, pero sí poseen algunas individualidades más que interesantes que los han acarreado hasta esta etapa.

Lucas Gargallo se ha puesto el equipo al hombro durante muchos partidos y su creación, ya sea desde el perímetro o posteado, es uno de los principales recursos de Boca. El otro hombre clave en ataque es Rodrigo Funes, quizás el tirador más prolífero de esta campaña de la LDD. Aún si todavía puede trabajar en su selección de tiro, Funes tiene el aro entre ceja y ceja y es capaz de cambiar el ritmo de un partido con su buena mano. Por otra parte, las veces que le tocó estar (6), también fue fundamental el aporte de Nicolás Copello, referente del plantel por experiencia, además de ser su mejor defensor perimetral.

A partir de ahí, Boca posee otros jugadores de rol que dan una mano: Nahuel Paciotti es un base con buen liderazgo y sólida mano; Alejo Rodríguez aporta su explosión y velocidad para atacar el aro desde el puesto de escolta, mientras que Christian Boudet compensa su falta de centímetros para el puesto de ala pivote con potencia física, rebotes y lucha.

En el segundo turno del Final Four, será hora para la presentación del local, Sionista recibiendo en el Moisés Fresler a su par de Lanús, en un enfrentamiento entre conjuntos que finalizaron la fase regular con marca de 15 ganados y 5 perdidos.

El local tiene un plantel con mucho talento y experiencia a nivel internacional con la Selección. Su goleador es su ala pivote, Maximiliano Robledo, uno de los mejores jugadores de poste bajo de la LDD, a pesar de no tener una gran altura para el puesto (si potencia física y sobre todo, buen toque). Acompañando a Robledo en la zona pintada está Ignacio Onetto, un pivote de características muy distintas: todavía le falta bastante en ataque, pero defensivamente tiene su impacto, con una combinación de altura y buena capacidad atlética que lo ponen como uno de los mejores proyectos del país en su posición.

Más allá de los recursos que tienen los de Paraná en el juego interno, su perímetro no se queda atrás. La dupla Buemo-Gómez tiene mucha proyección y tiro externo, mientras que Matías Borsatti es un revulsivo que suele venir desde el banco, pero que aún así, acabó como el segundo goleador del plantel, gracias a su velocidad y creatividad para penetrar. 

Además, Alejo Cardoso es el conductor y base titular, mientras que Matías Solanas es otro de los que aporta puntos y tiro externo desde el banco. Si bien todavía no ve tantos minutos, al haber cumplido 17 años recién un par de días atrás, también es interesante lo de Agustín Nader, un jugador alto y con buena velocidad, capaz de moverse tanto como ala pivote que como perimetral.

Lanús por su lado, se asemeja en parte a Bahía Basket, si bien con menor variedad de recursos, en el sentido de que tiene varios jugadores que ya ven minutos en la Liga Nacional, e incluso son titulares de Vecchio. En ese escenario, está claro que lo mejor del Granate pasa por su gran media-cancha: Facundo Gago e Iván Gramajo.

Gago es un base pequeño pero muy veloz y agresivo para atacar el aro, mientras que Gramajo es uno de los anotadores más productivos del torneo, siendo capaz de dañar tanto desde el perímetro, como penetrando y sacando faltas. Entre ambos promedian por encima de 33 puntos y son fundamentales para cualquier expectativa de los bonaerenses.

Además de la dupla Gago-Gramajo, Lanús tiene otros valores a destacar: Guillermo Aliende es un base proveniente de Olímpico con mucha experiencia y liderazgo para este nivel; Diego Pena García es de los mejores tiradores a pie firme del equipo; Alejandro Marinelli es un cuatro que juega abierto y puede dañar a distancia, mientras que Alberto Farré es el faro en la zona pintada por su altura y cierta capacidad para el juego de poste bajo.