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San Lorenzo 77 - Austin Spurs 59

San Lorenzo pudo cambiar rápidamente la cara luego de la dura derrota en semifinales y este domingo se ganó el derecho de subirse al tercer escalón del podio de la Copa Intercontinental. El equipo de Gonzalo García superó 77-59 al anodino Austin Spurs. Es cierto, le costó arrancar y reencontrarse con su versión habitual, pero cuando el Ciclón apareció en su máxima expresión no hubo ningún tipo de equivalencias. El primer tiempo fue flojo y terminó 30-27 para el sudamericano, pero en el tercer cuarto llegó a sacar una diferencia máxima de 20 puntos cuando se encendieron sus principales vías de gol: Dar Tucker y Donald Sims, que terminaron con 20 y 13 puntos respectivamente. Especial mención para Anthony Johnson, que estuvo a la altura cada vez que entró a la cancha en este torneo y terminó con 14 puntos, 9 rebotes y 3 tapones, para adueñarse de la máxima valoración (21).

El primer cuarto fue de bajo nivel en términos generales, una continuación de la producción de ambos equipos en las semifinales. Las ofensivas no arrancaron y eso se vio reflejado en la baja efectividad de campo: San Lorenzo tiró un 26.3 por ciento de campo (26.3), mientras que Austin Spurs apenas un 20 por ciento (4/20) con un 0/4 en triples. Además de la buena tarea defensiva, La diferencia estuvo en que el Ciclón tuvo una leve supremacía en la zona pintada, específicamente a partir de un rebote ofensivo que le permitió sumar en segunda oportunidad (7-2). Así fue como los de Gonzalo García terminaron el primer período 16-12 arriba en el marcador, con Mata y Calfani como principales vías de gol (5 puntos cada uno)

Luego de 6:30 minutos del segundo cuarto, San Lorenzo solamente había podido sumar seis puntos a partir de dos triples (Donald Sims y Maxi Fjellerup). El Ciclón no pudo superar en intensidad al equipo estadounidense y eso le impidió usar su mejor arma: las transiciones rápidas para castigar desde el contragolpe. Por el contrario, sumaron seis pérdidas de balón en ese lapso y propiciaron la reacción de Austin, que pasó al frente 23-22 con un parcial 9-0 comandado por Josh Huestis. El cierre dejó buenas sensaciones para el azulgrana porque brindó ciertos chispazos, especialmente por una corrida de Dar Tucker que terminó en doble y falta, así como también el empuje de Marcos Mata. Los campeones de la LDA se fueron al entretiempo 30-27 arriba en el marcador.

San Lorenzo reafirmó su buen momento en el inicio del complemento: ingresó al campo con defensa muy intensa, que le permitió robar balones y sumar en transición. A su vez, Penka Aguirre se afirmó en la base, empezó a distribuir y sus compañeros a encontrar tiros cómodos que le permitieron sumar desde el triple: Tucker, Sims y Mata metieron bombazos casi en fila para alejarse 47-36 en seis minutos. Los anotadores del azulgrana, Sims y Tucker, se mantuvieron encendidos en el marco de esta dinámica positiva y ya no hubo equivalencias ante un equipo de Austin muy limitado en cuanto a su capacidad táctica en cuanto al juego colectivo. En un abrir y cerrar de ojos sacaron una diferencia máxima de 20 puntos y cerraron el tercer cuarto con un marcador 61-45.

En el último cuarto decayó un poco la intensidad y el equipo estadounidense se acercó a 10 puntos (56-66) a partir de un parcial 11-5 en cinco minutos de juego, lo que provocó el tiempo muerto por parte de Gonzalo García. Desde ese momento el azulgrana ajustó clavijas en defensa y sacó de ritmo a Austin a partir de imponer un juego de posesiones largas, con el reloj como principal aliado. El equipo que funciona como filial de San Antonio Spurs en la G-League se desesperó y rápidamente tiró la toalla al entender que se perdían las posibilidades. San Lorenzo ganó 77-59 y se quedó con el tercer puesto de la Copa Intercontinental, pero sobre todo pudo demostrar -por momentos- su nivel de juego, ese que le permitió coronarse como el campeón de la Liga de las Américas.

Juan Martín Orellano / [email protected]

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