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Aunque termino complicándosele más de lo esperado, San Antonio consiguió una lógica victoria en Philadelphia, más allá de no contar con Tim Duncan ni Tony Parker, al imponerse por 109-103 para sumar su octava victoria consecutiva. Para los Sixers es su 17° caída en igual cantidad de presentaciones y quedaron a sólo una derrota de igualar a los Nets como el peor arranque de la historia de la NBA (0-18 en la 2009/2010).

Las diferencias entre uno y otro se vieron desde temprano, con unos Sixers desprolijos y sin ideas en ataque y un equipo de Popovich que encontraba en Aron Baynes a un jugador desequilibrante en la zona pintada. Con la potencia del australiano, la visita tomó la primera ventaja del juego, escapándose por 10 a 2.

Con algunos buenos minutos de Michael Carter Williams y el ruso Alexey Shved, Philadelphia dio vuelta el marcador y se puso al frente 13 a 12, aunque el liderazgo le duraría poco. Marco Belinelli y Kawhi Leonard pusieron las cosas en su lugar con un par de triples y Manu Ginóbili tuvo un sensacional ingreso al campo, anotando ocho puntos en un par de minutos, para decretar el 27-20 con el cual se fue el primer período.

Más triples de un encendido Ginóbili y de Kawhi Leonard, terminaron de romper el marcador y la barrera de los diez puntos. Desde allí, los Spurs se hicieron completos dueños de las acciones del encuentro y con otro buen pasaje de Aron Baynes cerca del aro, llegaron al entretiempo adelante por 61 a 46. La diferencia en cancha era muy superior a la del marcador.

El problema para los texanos en la segunda mitad fue la relajación. Viendo su superioridad, los Spurs sufrieron algunas desconcentraciones, lo que ayudado con el cuidado de minutos para sus jugadores principales, hizo que el local descontara un poco la distancia, con mayor lucha, intensidad y buenos minutos del explosivo novato KJ McDaniels. De esa manera, el resultado al entrar a los últimos doce minutos (84-73) no era tan contundente como podía esperarse.

Aunque la victoria nunca estuvo en duda, San Antonio siguió desconcentrado en el último parcial y dejó venir a unos peleadores Sixers, a pesar de la notable diferencia de talento y experiencia entre uno y otro. Igualmente, al final el empuje de los de Brett Brown no alcanzó y el último campeón se terminó quedando con el 109 a 103 final.

Kawhi Leonard fue el máximo anotador del ganador con 26 puntos, además de 10 rebotes, mientras que Aron Baynes sumó 15 tantos y 9 tableros. Por el lado de los 76ers, los más destacados fueron Michael Carter Williams con 24 unidades, 11 rebotes y 7 asistencias, y Alexey Shved con 19 puntos.

Manu Ginóbili: 14 puntos, 3 asistencias, 1 rebote, 2-5 en dobles, 2-3 en triples y 4-5 en libres durante 13 minutos de juego.