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En el cierre del período de traspasos, New York Knicks y Dallas Mavericks movieron sus fichas en una jugada con riesgos. Los de la Gran Manzana entregaron Kristaps Porzingis, su jugador más importante, en busca de liberar su margen salarial y los texanos se hicieron con un hombre talentoso pero atormentado por las lesiones –la última, en la rodilla y necesitó de cirugía–

El letón no volverá a jugar en esta temporada, una decisión que ya había sido tomada antes del arranque de la 2018/19 cuando todavía estaba en los Knicks, y que respetó el equipo médico de los Mavs. Pero es difícil para el jugador ver cada partido desde afuera, aunque sabe que debe esperar el momento adecuado para regresar según sus dichos a ESPN: “Por supuesto que quiero jugar. Tres meses después de la cirugía ya pensaba: ‘Bueno, creo que puedo jugar ya’. Realmente estoy orgulloso de mí por mantenerme pacientemente al margen y tomarme mi tiempo”.

“Lo más duro es levantarme los días de partido, ir al entrenamiento previo y luego ponerme una chaqueta. Ahora odio las chaquetas por ello”, se sinceró el letón que volverá cuando sienta que está al 110%. Una vez que pueda debutar oficialmente y compartir cancha con Luka Doncic, su aspiración es clara: “El objetivo final es ganar el anillo, pero primero hay que meterse en los playoffs, es una sensación que quiero experimentar”.