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Atenas y La Unión tuvieron realidades realmente diferentes en su paso por los octavos de final. El Griego tuvo que llegar al Juego 5 para dejar en el camino a Olímpico, pero siempre ganando en condición de local, mientras que los formoseños le ganaron 3-1 a Hispano, pero perdiendo uno en casa y llevándose dos triunfos de Río Gallegos. Llegaron al mismo punto, pero a través de caminos sumamente diferentes.

Los cordobeses cuentan con dos jugadores que integran el quinteto ideal de la fase regular, uno encargado del armado del juego y la anotación (Donald Sims) y otro de la lucha rebotera y del juego interior (Jerome Meyinsse). Ellos dos son los dos pilares más fuertes que tiene este gran presente de Atenas, aunque también es cierto que la principal virtud del equipo es la amplitud del plantel y las diversas variantes que tiene para diagramar sistemas, por ejemplo la doble base entre Cantero y Sims que le da mayor fluidez al juego, o la buena capacida que tiene para castigar de tres y también en la zona interior.

La Unión se hacen fuertes a partir de la presión defensiva, la generación de errores en el rival y el aprovechamiento a partir de contragolpes, aunque el poder de gol del Griego es más importante. Por su parte, los formoseños cuentan con la segunda defensa menos goleada de toda la Liga y a partir de ese aspecto empiezan a crecer y a hacerse peligrosos. Saben como cortar los circuitos del rival, pero no han podido hacerlo ante Atenas, el equipo más goleador de la Liga, con quien perdieron los dos partidos de la fase regular: 73-86 en Córdoba y 85-92 en Formosa.

Los de Ramella deberán aumentar la concentración y la intensidad defensivas para competir de igual a igual ante el equipo de Casalánguida. En ataque deberán contar con la mejor versión de Jonathan Maldonado, el jugador de mayor progreso en esta temporada, así como de los protagonistas secundarios en el goleo.