La selección de Corea del Sur, primer rival de Argentina en el Campeonato del Mundo que comenzará el próximo sábado en China, arribó este jueves a Wuhan, sede del Grupo B que se completa con Rusia y Nigeria.
Poca información y una escasa repercusión le dieron los medios coreanos a su selección, todos conscientes de sus escasas posibilidades de éxito en la primera fase. Basta para repasar los principales periódicos para comprender mejor una trasdencia superada por otros deportes, como por ejemplo el voleybol o el béisbol.
No obstante, la ilusión de acabar con una larga racha de 10 caídas consecutivas en mundiales, que arrastran desde Toronto 1994 cuando derrotaron a Egipto (76-69) para quedarse con el décimotercer lugar, crece a partir de la segunda fase, donde Corea del Sur, siempre que se cumpla la lógica en materia de resultados, medirá fuerzas con los dos equipos que cierren las posiciones del Grupo A.
Más allá del contexto, los jugadores tienen su visión, y una de ellas es la de Kim Sun-Hyung, el líder y estratega de los asiáticos: "He conseguido mucha experiencia en comparación al Mundial de España, tengo más confianza y creo que voy a poder demostrarlo". En cuanto a lo colectivo dijo: "Mejoramos mucho, la llegada de Ricardo Ratliffe nos hizo más fuertes en el poste bajo, y somos más competitivos".
Pero las declaraciones no terminan ahí, y algunas van en plena contraposición de la prensa. Así lo dejó bien claro Choi Joon-Yong: "La gente dice que vamos a perder todos los partidos, pero nunca se sabe lo que sucederá en torneos como este. Si tenemos efectividad en los tiros abiertos creo que podemos jugar contra cualquiera". Y cerró la nota yendo más lejos aún: "La mentalidad colectiva del equipo es buscar no solo una, sino tres victorias en la fase de grupos".
El rodeaje coreano finalizó esta semana cuando disputó un cuadrangular junto a otros tres participantes del Mundial de China en la ciudad de Incheon. El equipo dirigido por Kim Sang-Shik cayó ante Lituania (57-86) y República Checa (89-97), y se despidió con una victoria ante Angola el pasado martes. En relación a éste último partido, el técnico expresó: "Fue un importante impulso anímico y moral para nosotros".
Sang-Shik también hizo referencia a su jugador más importante en el poste bajo, el pivote Kim Jong-Kyu, con quien tiene un diálogo constante e influyente: "Está trabajo mucho y duro, pero aún le falta ser más consistente, eso lo sabe y quiero asegurarme de que me escuche, para nosotros es muy importante, por eso necesitamos que juegue con más confianza".
Roberto Martín (Enviado especial a Wuhan, China)
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