Esta noche se llevará a cabo el segundo clásico marplatense en el marco del Súper 20, que tendrá más condimientos de los que siempre suele tener. Todas las miradas estarán puestas en el regreso de Martín Leiva a Peñarol, luego de haber estado parado en este comienzo de temporada por no haber llegado a un acuerdo económico con Obras. El interno, en un momento muy especial de su carrera deportiva, dialogó con Básquet Plus en las horas previas a una noche que será especial.
- Te pido que me hables con el corazón más que con la cabeza para que me contestes cuáles son tus sensaciones en este momento.
. Vuelvo a mi casa. Fue un poco raro todo, como que nunca me fui, y la verdad es que estoy ansioso por jugar. Trato de estar tranquilo, pero me pasan muchísimas cosas, que intentaré que a la noche pueda disminuirlas al mínimo posible. El cariño de la gente siempre estuvo y nunca se fue, imaginate que son muchísimos mensajes de mucha gente y traté de contestar la mayor cantidad que pude. Me lo hicieron sentir desde que llegué acá, así que voy a tratar de disfrutarlo. Estoy feliz de volver a estar en casa, en mi casa.
- ¿La pasaste mal estos meses?
. Tuve altibajos, muchas cosas me pasaron, pero me entrené mucho para poder vivir este momento. Le agradezco mucho a River y a Roberto Santín, que me ayudó a poder estar al 100% desde lo físico, más allá de que me falta un poco en lo referido al ritmo de juego. Con Roberto hacíamos entrenamientos de técnica indiviudal a la mañana, tanto miércoles como jueves, e incluso me entrenaba sábados y domingos. También les agradezco a los jugadores de River, que desde un primer momento me hicieron sentir parte de su grupo, a sabiendas de que yo no iba a jugar. Estoy súper agradecido de haber vivido eso. La verdad es que me sentí como uno más y de esa forma pude sobrellevar esos bajones que te comenté. Lo volví loco a Roberto, le hablaba mucho y siempre me escuchó, me apoyó y me dio su punto de vista, algo que a mí me sirvió muchísimo. Ojalá puedan estar en el TNA, le deseo lo mejor a todo el equipo y también a Sebastián, el preparador físico.
- ¿Podés decirme qué pasó con Obras?
. Tenía contrato con Obras pero no podían pagarme lo que estaba estipulado para esta temporada. Entonces se rescindió de común acuerdo, para que yo pudiera estar libre y volver a Peñarol. Todos me querían, de hecho el Negro Romano dijo que contaba conmigo y los chicos también estaban convencidos. Incluso el presidente y el vice, pero las cosas se dieron de esta forma y se sigue el rumbo por otro lado. Ahora estoy en otro momento, pero le agradezco a Obras el año que tuve, que fue muy bueno y me ayudó a volver a estar al 100 por ciento porque estaba volviendo de una lesión. Con los chicos disfruté un año que fue muy lindo para mí.
- ¿En algún momento pensaste que no ibas a jugar durante todo el año?
. No, confíe en mi representante desde el primer momento. Obviamente que pensábamos que íbamos a llegar a un acuerdo con Obras por el tema económico. Me dijo que tenía que esperar, que tuviera paciencia y así fue. También estuvo la chance de Comunicaciones, que hablé con el Tulo Rivero y le agradezco mucho que haya pensado en mí; no cualquiera sale campeón del TNA y de la Liga y uno a veces no se da cuenta a quién tiene al lado. Esperamos y finalmente se dio la posibilidad de Peñarol, pero no es fácil vivir el momento, además fue algo que nunca había experimentado.
- Más allá de que no hiciste pretemporada con un equipo de Liga, se puede decir que hoy estás mucho mejor para empezar que el año pasado...
. Sí, muchísimo mejor, entrené muchísimo. Me rompí el culo entrenando, de lunes a lunes, ya sea en el gimnasio, corriendo en la cinta o entrenando básquet con River. Lo único que puede ser un factor, que es lógico, es la ansiedad del primer partido. Más allá de que tengo mi experiencia, uno tiene esa ansiedad y ganas por empezar, y me pasan muchas cosas por la cabeza. Tengo que estar atento a esas cosas, tanto del corazón como desde la cabeza. Pero hice todo para llegar a un equipo y estar 20 minutos en la cancha. Claro que estoy mucho mejor que el año pasado, porque yo estaba volviendo de una lesión.
- ¿Cómo fue tu reencuentro con Leo Gutiérrez? No vamos a entrar en detalles, pero había un tema para solucionar...
. Leo me llamó por teléfono y me dijo que me quería en el equipo. Yo estaba hablando con el Tulo, que también me quería, y buscamos lo mejor con mi representante. Cuando llegue a Peñarol me puse a disposición de lo que él, como entrenador, quiere y lo que necesita de mí. Leo sabe lo que yo le puedo aportar al equipo, por eso me incorporé acá. Trataré de sumar mi grano de arena para buscar el mejor equipo que Peñarol pueda conformar, desde lo mío: el aspecto defensivo, ayudar adentro y afuera de la cancha, hablando y liderando de alguna forma. Voy a trabajar, que es lo que quiero, y disfrutar. Uno se olvida muchas veces de eso y llego en un lindo momento para disfrutar.
- Además Leo necesita alguien de confianza, ya que por más gloria que tenga como jugador esta es otra historia...
. Por supuesto, porque está armando lo que él quiere para el equipo dentro de la cancha, y confía en mí y en lo que le puedo dar. Adentro de la cancha fuimos una de las mejores duplas, pero ahora es diferente y me pidió que aporte lo que puedo dar, ya conociéndome en ese aspecto. Intentaré hacer todo lo que pueda para darle a él y al equipo lo que necesitan.
- ¿Creés que Peñarol hoy se encuentra en una situación complicada?
. Peñarol venía de muchas lesiones, le costó formarse y no es fácil. Este Súper 20 sirve un poco para eso, de hecho todos los equipos están viendo los americanos que pueden resultar para la Liga, que va a comenzar dentro de un mes. Es un trabajo a largo plazo, hay que estar lo mejor posible para la Liga, obviamente sin descuidar este torneo porque también ayuda. Hoy más que nada tenemos un lindo clásico para jugar: si hay algo que siempre me quedó de Domingo Robles es que ganar un clásico no es lo más importante, sino que es lo único. Así llegué a esta ciudad, en el marco de uno de los clásicos más lindos que jugué en mi carrera. Es una buena medida para dar pasitos en vistas a lo que viene.
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