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La Unión fue el responsable del gran golpe en el inicio de los cuartos de final, ganándole nada más y nada menos que a Regatas y como visitante. Sí, los Formoseños, séptimos en la Conferencia Norte, se llevaron la victoria de la casa del segundo mejor equipo de la temporada, quien llevaba 16 festejos seguidos en su territorio.

Javier Martínez es el símbolo de La Unión, por experiencia, juego y jerarquía. Fue campeón con los correntinos en la 2012/2013 y sabe de qué se tratan estas instancias. Tras el triunfo en el juego 1 y a la espera del segundo choque (mañana), el base paraguayo habló de todo con Básquet Plus. La serie, las complicaciones de la temporada, la sensación por enfrentar a su ex equipo y la realidad de la competencia.

- Imagino que el partido de ayer les genera una gran satisfacción después de una fase regular en la que no mostraron un gran nivel. ¿Cuál es el análisis y qué sensaciones les dejó?

- Tuvimos un año muy complicado, pero al clasificarnos directo en el séptimo lugar dimos vuelta la página y prometimos olvidarnos del mal sabor de todos los problemas deportivos y extradeportivos que tuvimos a lo largo de la temporada. También nos fortaleció un poco saber que Quinteros no iba a jugar. Eso se notó que pegó profundo en Regatas, porque empezaron dubitativos y nosotros tuvimos el control del juego. En el segundo cuarto estábamos palo a palo, pero nuestra sensación era que estábamos haciendo bien el trabajo, que íbamos por el camino que nos convenía. En el tercero ellos presionaron toda la cancha y nos complicaron el traslado. Le metieron mucha intensidad, pero nosotros aminoramos su reacción y sacamos 12 puntos en un momento brillante de nuestro equipo, ocupando muy bien los espacios y jugando controlado. Después vinieron un par de triples que no esperábamos y fue palo a palo, pero creo que lo cerramos de la mejor manera. Sacamos un punto importante que ojalá marque una tendencia. La ausencia de Paolo fue determinante para ellos, no sólo por lo puntos sino por los espacios que genera. A nosotros nos benefició su ausencia.

- En ese sentido, está claro que los playoffs están hechos para demostrar el carácter y experiencia, y ustedes tienen varios jugadores con eso, justo lo que quizás le faltó a Regatas sin Quinteros. ¿La experiencia es clave en estas instancias al margen de la posición en que hayan terminado en la tabla?

- Sí, totalmente. Terminamos en el séptimo lugar después de una temporada muy larga, en la que no pudimos hacer pie ni tuvimos una línea de juego muy marcada, pero de los últimos 10 partidos ganamos ocho, incluido el de ayer. A lo largo del campeonato no tuvimos nunca una racha así, entonces nos empezamos a sentir un poco más seguros en esta parte final. Tenemos jugadores de experiencia, somos uno de los equipos con mayor veteranía en el torneo, y en los momentos clave, de presión, donde tenés que tomar decisiones correctas, el hecho de tener más camino recorrido te da alguna ventaja. De todas maneras, Regatas tiene un plantel largo y con un cuerpo técnico de excelencia, así que este primer partido no es decisivo. Sabíamos que podíamos ganar y dar la primera estocada, pero cuando lo hacés es cuando te das cuenta de que estás a la altura y podés. Ahora ellos tendrán mucha más obligación que en el primer juego, y si empezamos otra vez manteniendo el ritmo de juego y a ellos se les complica, se les va a hacer un poco cuesta arriba y tendrán que hacer el doble de esfuerzo para ganarnos. Esperamos mantener la misma sintonía y hacer valer el esfuerzo y nuestra experiencia en los momentos de más presión.

- Recuerdo que habías sido muy autocrítico con el equipo, sobre todo en cuanto a la falta de carácter. ¿Qué cambió para que pegaran este salto y se levantaran en la recta final de la temporada?

- Creo que lo que cambió es la cabeza de cada uno. Saber que esto son los playoffs, donde, como se dice vulgarmente, es plata o mierda. Cuando fui autocrítico fue más por un tema de carácter y amor propio, pero también se trasladaba a la cancha, en cuanto a la actitud y el juego en sí. Yo sentía que no teníamos el control de juego. Teniendo jugadores de experiencia, ¿cómo no vamos a tener ese control? Cuando estás jugando un partido de básquet, donde se dan muchísimas situaciones y cambian tantas cosas, es difícil mantener una perfección. Pero lo que sentía era que en el grueso de los partidos no teníamos el control ni que había más posibilidades de ganar que de perder. Esto pasaba más por sensaciones que por juego en sí. En los últimos partido cambió. Incluso pasó en un partido en Regatas, donde jugando mal y de visitante perdimos por sólo cuatro puntos. En eso juego tampoco teníamos el equipo completo y veníamos de altos y bajos, recién habíamos recuperado a Piñero, quien venía de una lesión y es fundamental para nuestra estructura. Con todo ese panorama a cuestas, estuvimos a tiro, y ahí empezamos a sentir que estábamos cerca, que faltaba un tocada de cola al plantel para cambiar el carácter, las ganas y el amor propio, porque ni con mucho básquet estábamos a la par de todos. Hoy estamos encontrando eso que no encontrábamos al comienzo y se trasladó en estos últimos partidos. Por suerte seguimos en la misma tónica y estamos 1-0, que nos da tranquilidad para trabajar hoy y estar mucho más atentos para mañana.

- Teniendo en cuenta que Regatas tiene una de las localías más fuertes de la Liga, ¿para ustedes fue sorpresivo haber ganando el primero de visitante o internamente creían que podían conseguirlo?

- Entre comillas puede ser una sorpresa. Cuando yo estuve en Regatas ganamos 44 partidos seguidos de local. Hasta ayer traían 16 consecutivos sin perder. Sabemos lo que es Regatas como equipo e institución, pero sabíamos que el partido de ayer era el que, aún perdiendo, nos podía poner con la confianza de decir "no están tan lejos, tenemos la posibilidad". Con el partido ganado y después de jugar los 40 minutos como lo teníamos planeado, nos pone en una situación de tranquilidad y confianza, pero al mismo tiempo de alerta porque van a venir ajustes y detalles.

- Entonces está claro que esto les dio la certeza de que se puede y les permitió demostrar que no van a afrontar la serie para ver qué pasa, por más que la tabla y el rendimiento de los dos en la temporada muestre muchas diferencias...

- Si el equipo venía a ver qué pasaba, yo me quedaba en Formosa. No íbamos a jugar de esa manera, para perder los tres partidos y dejar que la serie fuera corta. No podemos pensar de esa manera, mucho menos después de una temporada muy larga, con muchísimos problemas, nervios, con cosas que nos pasaron que no pudimos creer, en lo deportivo y extradeportivo. En este momento del año, venir a ver qué pasa es un pensamiento de equipo súper perdedor, y teniendo eso pensamiento no hubiésemos jugando como ayer.

- Me nombraste varias veces los problemas deportivos y extradeportivos que les tocó pasar. ¿Qué fue lo más duro de la temporada?

- El comienzo fue durísimo, empezar una Liga con tres extranjeros. La mayoría de los equipos no tienen tres extranjeros. Obras los tiene, pero dos son uruguayos, casi nacionales, y eso en el día a día y la convivencia te da una tranquilidad para trabajar y amalgamar las cosas que querés imponer. Traer tres extranjeros nuevos y de no tanta calidad para el inicio de la Liga para nosotros fue terrible. Personalmente fue chocar contra una pared, porque, por ejemplo, no sabían si Diego García era tirador, penetrador, asistente, si iba por la derecha o la izquierda. Así como te nombro a García te puedo nombrar 200 jugadores más de la Liga que nuestros americanos no conocían por más scouting que hicieron. Tuvimos tres extranjeros nuevos que se preocupaban más por hacer buenos números para mantenerse en el plantel que por ganar. Para mi, que venía de un trabajo con una base sólida como teníamos en Regatas, fue súper frustrante. Y encima tuvimos un año terrorífico en cuanto a lesiones. Hasta los juveniles se desgarraron. Nos costó jugar con el equipo completo, y cuando logramos encontrar la tripleta de extranjeros con la que nos sentíamos cómodos jugando, se rompió el tendón de Aquiles Mario West, quien era nuestro goleador. Así que otra vez a empezar de cero y remar. Nos pasaron muchas cosas, como a todos los equipos. No pongo excusas. Creo que son consecuencias de una Liga para la cual los equipos no están preparados. Salvo Quimsa y Regatas, que incluso tuvo problemas de lesiones pero lo compensó con el trabajo de su cantera. Ellos son los equipos más largos del torneo y supieron llevarlo. Pero si son sólo dos de 18 equipos, creo que hay un error en el fixture, que sería otro tema para hablar.

- Por lo que decís veo que no coincidís mucho con el formato de este torneo...

- No coincide el 100% de la Liga. Con todos los entrenadores y jugadores que hablo, no digo dirigentes porque hablo con pocos, o por lo que escucho o leo en notas a los jugadores y entrenadores, saco la deducción que la Liga no está preparada para tener 52 partidos. Entiendo que detrás de eso hay un tema de marketing, comercial y dirigencial del cual estamos exentos. Nosotros tenemos que acatar la idea o cambio que pueden ser mejor a futuro, pero que hoy no los palpás como cambios buenos. Yo no veo una calidad de planteles y jugadores como para mantener 20 equipos de Liga y jugar 56 partidos como se viene hablando para la que viene. Jugar con el formato de los últimos 30 años me parecía lo justo y correcto, cerraban las fechas justas. Y esto lo digo sin contar los torneos internacionales. Para los equipos que tienen que hacerlo, que terminan jugando muchos partidos seguidos, es prácticamente inhumano a nivel físico el poder aguantar toda la Liga. Pero bueno, esto es un pensamiento propio. Creo que es compartido, pero lo hago de forma individual. Creo que ni el público está acostumbrado, porque si su equipo juega varios partidos seguidos de local termina eligiendo a cuáles ir. Se han visto muchos claros en las tribunas y eso te deja en claro que ni la gente tampoco está acostumbrada. Quizás lo haga a futuro.

- Teniendo en cuenta que la mayoría de los referentes van por la misma línea que vos, y pensando que el año que viene parece que se va a mantener el sistema. ¿Qué sienten?

- No siento que significa que no nos den bola, ni siento que porque la mayoría o los referentes quieran jugar de una manera los dirigentes tengan que cambiar su forma de pensar. Si la mayoría de los dirigentes coinciden en que ésta es la manera es porque hay una línea en la que a futuro ven que será la mejor en cuanto lo deportivo, difusión, marketing, afluencia de público y demás. Hoy no lo veo ni cerca. Todo cambio afecta, en todo sentido, y lleva su tiempo adaptarte. Pero me pongo en la piel de los dirigentes. Piensan así y tienen sus razones. No siento que tengan que escucharnos y acatar nuestras inquietudes, pero sí escucharnos y poder hacer un término medio entre los que ellos quieren y lo que pensamos nosotros, que somos los que estamos en la cancha y tenemos que dar espectáculo, para nosotros mismos, para los dirigentes que nos pagan, para el público y para la difusión. Es una cadena y todos los lados tienen que ser escuchados.

- Me decís que ustedes son los que tienen que dar espectáculo. ¿Con este formato se puede hacerlo? ¿Cómo estás viendo el nivel del torneo?

- Te doy un ejemplo. Hubo un televisado entre Obras y Quimsa en Buenos Aires donde encontré muy bajo nivel. Y hablamos de los dos mejores de cada Conferencia. Uno tiene que tener piernas para jugar, pero si no tenés piernas, la cabeza no te responde, y si la cabeza no te responde es muy difícil dar un buen espectáculo. Tampoco quiere difundir que la Liga ha sido mala o de bajo nivel. Una cosa lleva a la otra y la cantidad de partidos y el cambio brusco que tuvimos, jugando muchos partidos seguidos de visitante, obviamente que afectó al rendimiento individual y colectivo. Hay muy pocos equipos que están preparados para afrontar una Liga como la que estamos jugando.

- Te vuelvo a la actualidad de estos playoffs. ¿Es especial esta serie para vos por todo lo que viviste en los últimos años con Regatas?

- Sí, especial en el buen sentido. Yo vengo a Corrientes y en todos lados siento la gratificación de la gente. Es muy complicado poder separar esas sensaciones, porque viví muchas cosas lindas acá, no sólo a nivel deportivo sino también a nivel personal. Pero no puedo estar exento a gritar un gol como estoy acostumbrado, o festejar mesuradamente. Me cuesta muchísimo, pero creo que el público de Regatas se merece que mi forma de ser, por lo menos en esta serie, sea lo más mesurada posible. De todas maneras quiere ganar, sea Regatas, Peñarol, Ciclista o cualquiera. Quiero seguir, me pagan para esto, tengo sangre de competitivo siempre, odio perder y me encantar ganar. Cuando empieza el partido estoy 100% enfocado para que me salgan bien las cosas desde lo individual y colectivo, pero no puedo dejar de sentir ese respeto que la gente me brinda y me brindó siempre. Acá me siguen teniendo como ídolo y es muy difícil abstenerse a eso.

- ¿Cómo se ven después de lo de ayer? ¿Con más chances?

- Nosotros no podemos ir más allá del partido de mañana. Sería un error pensar que ya tenemos el bolso hecho después del primer partido. Hicimos lo que teníamos que hacer en ese primer juego, pero mañana hay otros 40 minutos para seguir. Obviamente que en casa nos sentimos más cómodos, pero tampoco tenemos una localía muy fuerte. Así que el partido de mañana es fundamental porque si Regatas no encuentra confianza al comienzo del partido se le puede complicar un poco. Ahí nuestra experiencia podría pesar y para Regatas sería fatídico perder también este segundo partido. Lo saben y van a tener mucha más presión que nosotros. Pero tenemos que doblar nuestro enfoque y concentración, con la obligación de llevar el partido donde más nos conviene, como lo hicimos ayer. Vamos a estar al acecho. 

Leandro Fernández / [email protected]

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