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A fines de marzo, los Lakers confirmaron oficialmente que LeBron James no volvería a jugar en esta temporada 2018/19. Una decisión bastante razonable, teniendo en cuenta que la franquicia angelina no tiene ninguna chance de meterse en los playoffs. Igualmente no fue una determinación fácil y el entrenador Luke Walton explicó las razones: "Él quería jugar, pero según entendió el personal médico le dijeron: 'mira, no merece la pena. Vamos a asegurarnos de que tengas un verano saludable'. Es la decisión que se tomó y jugaremos los últimos partidos sin él en pista. La decisión tardó en tomarse por las ganas de competir que tenía LeBron".

Finalmente primó la posición de los despachos, la cual tiene como principal objetivo darle un mayor descanso al alero y evitar situaciones innecesarias de una potencial lesión. Vale recordar que en esta 2018/19 LeBron disputó la menor cantidad de partidos de fase regular de toda su carrera: apenas 55. Las lesiones lo aquejaron, especialmente una distensión en la ingle de la pierna izquierda. Igualmente, mientras estuvo en cancha hizo lo que nos tiene acostumbrados: 27.4 puntos, 8.5 rebotes y 8.3 asistencias de promedio.