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En la previa de la 2016/17, la ecuación parece ser perfecta para los Celtics: mantuvieron a un plantel muy sólido, que viene con un franco crecimiento y encima le sumaron algunas incorporaciones claves, como la del dominicano Al Horford. Ah, como si esto fuera poco, sigue Brad Stevens, probablemente el mejor entrenador joven de la competencia.

La transformación que ha conseguido Stevens con Boston está siendo impresionante. Tras la salida de los históricos Rondo, Garnett, Allen y Pierce, todo indicaba que llegarían años de reconstrucción para los verdes. Sin embargo, y aunque el proceso llevó su tiempo, acá los encontramos: listos para combatir por los primeros puestos de la Conferencia Este.

¿Cómo lo consiguió Stevens? Los factores fueron varios, empezando por su enorme capacidad y por supuesto, la incorporación clave de Isaiah Thomas, quien ha generado una revolución en Boston. Pero volviendo al DT, hay que marcar que el ex de la Universidad de Butler ha logrado una combinación que todos los técnicos desean: compensar un plantel con excelentes jugadores defensivos, con un esquema de ataque que permite esconder sus limitaciones en ese costado.

Los Celtics terminaron la 2015/16 rankeados 24° en porcentaje de cancha y 28° en porcentaje de triples. Además, con la excepción de Thomas, realmente carecen de anotadores. Y aún con todo esto, finalizaron con el 10° mejor ataque de la competencia. ¿La clave? Diagramas tácticos excelentes, ritmo de juego muy alto (4° más rápido) y una ejecución sumamente prolija (4° que menos pérdidas sumó). En otras palabras, con poco, lograron mucho.

De todas maneras, el pan de cada día para Boston sigue estando en la defensa. Ya acabaron con la 4° mejor la temporada pasada y con la llegada de Horford, solo potenciarán esa situación (sobre todo teniendo en cuenta que el déficit pasaba por el rebote en el tablero propio). Thomas da algunas libertades en este costado, pero el perímetro de Smart-Bradley-Crowder no solamente es sensacional en la marcación, sino que se especializa en conseguir robos de balón. Con sus recuperaciones, los tres alimentan el contraataque, por lejos donde el equipo se siente más cómodo ofensivamente (área también potenciada por el arribo de Horford).