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En el inicio del mercado, los Lakers no solo fueron por LeBron James, sino que además buscaron con mucho interés la posibilidad de llegar a un acuerdo con San Antonio Spurs para llevar a Kawhi Leonard a su renovado plantel. De hecho, estuvo muy cerca de concretarse, pero finalmente las pretensiones de la franquicia texana estuvieron por arriba de lo que en Los Angeles podían entregar a cambio. Diversos colegas estadounidenses informaron que Lonzo Ball estuvo dentro de aquel paquete, pero que en San Antonio querían a Brandon Ingram en lugar del armador.

En definitiva, Kawhi fue transferido a Toronto y Lonzo mantendrá un rol preponderante dentro del plantel de Luke Walton, al margen de la incorporación de Rajon Rondo y del enorme progreso de Josh Hart. Pero el armado sabe que no tiene el lugar asegurado, tal como lo explicado de manera sumamente madura en el marco del reality show que realiza la familia Ball, llamado Ball in the Family: "Hay rumores de traspaso cada año… Ocurre con los deportistas en general, nunca estás realmente cien por cien seguro. Donde sea que estés, cualquier cosa puede pasar, especialmente durante el receso de temporada, así que todo lo que puedo hacer es asegurarme de estar listo para jugar al máximo de mis capacidades".

A sus 20 años, tiene claro que los negocios son los negocios, sobre todo en la NBA. Algo que no pudieron comprender completamente jugadores del calibre de DeMar DeRozan o Isaiah Thomas. Por lo pronto, el joven ha aprovechado el receso para trabajar en los ítems que desde los Lakers le pidieron que mejorara: físico y tiro exterior.