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La Universidad de Indiana siempre fue una de las más tradicionales en la NCAA de los Estados Unidos en el área básquet. Quizá no tanto por sus títulos (3 hasta 1981: 1940, 1953 y 1976), sino por su historia. Además, la presencia en el banco del entrenador Bobby Knight, uno de los más reconocidos en la NCAA, aumentaba sus pergaminos. 

Para la temporada 1980/81, Knight había armado un muy buen plantel, sostenido básicamente por su estrella central, un base con alto poder de gol y futuro NBA llamado Isiah Thomas. Después tenía a Randy Wittman, un alero que luego tuvo una larga carrera NBA, con un excelente tiro y Ray Tolbert, un ala pivote que también estuvo varios años en la NBA después. 

En esa época, en todo el mundo, las rotaciones eran cortas. En Indiana completaban el cinco inicial Ted Kitchel y otro interior llamado Landon Turner (2.08), que había progresado mucho con los años y se había instalado definitivamente como una pieza importante. El sexto hombre era Jim Thomas, un escolta que luego sería subcampeón del mundo con Estados Unidos en el Mundial de 1982. 

Indiana completó un torneo 1980/81 excelente y llegó a la final contra la North Carolina de James Worthy y Sam Perkins, pero los de Knight, con un formidable Thomas (23 puntos), neutralizaron a Worthy (7) y ganaron el título, venciendo 63-50. Turner fue otra de las figuras de ese juego, con 12 puntos y 6 rebotes en 34 minutos. Era el 30 de marzo de 1981, en The Spectrum, el estadio de los Sixers de Philadelphia. 

La alegría fue inmensa para todos. Pero para Landon Turner no duraría demasiado. El 25 de julio de ese mismo año, viajaba con algunos amigos en su auto cuando perdió el control del vehículo, volcando y sufriendo múltiples heridas, que lo dejaron paralítico de la cintura para abajo. Turner todavía iba a cursar su último año en Indiana y algunos decían que podía ser top 3 del draft de 1982 si seguía su crecimiento. Todo eso quedó en el olvido ese fatídico día. 

Bobby Knight, que así como era durísimo con sus dirigidos, también se manejaba muchas veces como un padre, inició un recorrido por diversas entidades del estado de Indiana para juntar dinero para Turner y recaudó 400.000 dólares. Además, visitó los campamentos predraft de la NBA y allí habló con Red Auerbach, el mandamás de los Celtics, sugiriéndole que era una buena idea si Boston lo elegía simbólicamente en el draft de 1982. 

Auerbach estuvo plenamente de acuerdo y así fue que en la última ronda de la elección de 1982, con el número 225 (último pick general), los Celtics seleccionaron a Landon Turner. Fue un gran aliciente para el joven, que quedó parapléjico tras el accidente, pero que siguió estudiando y en 1984 se graduó en educación física. A partir de ahí, además de entrenar a equipos y jugar sobre silla de ruedas, se dedicó a dar charlas por todo el país, siendo un ejemplo de superación. Su carrera en la NBA se vio frustrada, pero su vida interior no fue vencida. Todo un ejemplo.