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- ¿Cuánto se tarda en cambiar el chip?
- No sé porque lo estoy cambiando, así que cuando lo tenga totalmente cambiado te digo (risas). Es el cambio de chip de salir de la Selección y entrar en otro equipo, y lo estoy cambiando. Seguramente llevará algunas semanas.

- Recién le preguntaba a Selem si el cambio de chip tiene que con el resultado, si es más fácil o más difícil…
- En mi caso es el final de una etapa de cuatro años, entonces eso termina influyendo más que el resultado del último torneo. En los primeros días no, ahí estaba la competencia recién terminada, porque vos le pones el alma, la pasión, los contenidos para ganar un cruce creyendo que tenes tus opciones, y cuando no lo lográs estás triste y hay una situación emocional que está por encima del análisis. Ahora que ya pasó un tiempo el análisis de estos cuatro años con la Selección es un poco esa vuelta de página que estoy haciendo, en el mismo momento que estoy empezando a entrenar con Obras.

- ¿La recarga emocional se va haciendo con entrenamientos, partidos, convivencia de grupo y planificando?
- Claro, la recarga se viene haciendo en el día a día, así como dijiste vos, con el entrenamiento, planificando, desarrollando cosas y empezando a relacionarte con las personas. Esta es una actividad de equipo y de recursos humano donde el vínculo con las personas tiene un espacio primordial, entonces es algo que se da poco a poco.

- Desde el Mundial que destacaste siempre que tenías pensamientos colectivos, ¿pero te quedó un agujerito para pensar en lo individual?
- Sí, terminó una etapa importantísima para mí, en el equipo que más he querido que es la Selección Argentina y del cual ha sido mi mayor orgullo pertenecer. Fue una etapa de cuatro años en la cual se han conseguido los resultados buscando en los tres primeros y no en el último,  fuimos campeones en Mar del Plata, hemos estado entre los cuatro mejores del mundo en Londres, clasificamos el año pasado y este año quisimos ganar un cruce pero no pudimos. Siempre se ha trabajado en el equipo con la mayor dedicación, compromiso y tal cual es la cultura de la Selección por muchos años, con muchas cosas de las que estamos orgullosos nosotros mismos e incluso cosas que a veces ni los demás saben. Nosotros sabemos cómo nos comportamos en un hotel, en un entrenamiento y en una concentración, sabemos cómo se comportan otros seleccionados y a nosotros nos gusta así. Es un orgullo interno de ser personas que hicimos un montón de cosas por amor a la camiseta, al equipo y a un grupo de jugadores, por estar a la altura de algo que es inolvidable en nuestro básquet y que te hace vincular al deporte desde lo emocional, desde el pibe que fue a jugar básquet por primera vez, desde el que se ilusionó con ser entrenador algún día… la verdad es que la Selección tiene un montón de cosas que te hacen sentir que sos parte de un grupo selecto al cual te comprometes a dar siempre lo mejor que tenes.

- ¿Qué te generó la frase de Martino?
- La frase de Martino fue impresionante. Por lo espontánea, por ser un gran entrenador del deporte más importante en nuestro país y el mundo entero, le da una trascendencia que a mí me importa un montón. Que seamos hombres del deporte y él diga eso me da un orgullo tremendo y me emociona. Creo que hemos asistido a unos quince años inolvidables de la Selección Argentina de básquet y del deporte argentino, y eso también ha sido muy importante para mí. En este proceso de cuatro años he tratado de estirar todo lo posible la presencia de jugadores que han escrito letras de oro en nuestro deporte, y también he dado entrada a jóvenes jugadores que eran imprescindibles para el equipo para encontrar energías nuevas. En este punto creo que aparecieron los dos bases que pueden ocupar naturalmente el puesto y que se ha hecho una inclusión de tres talentos jóvenes en la línea interior.

- ¿Qué te ilusiona de este Obras?
- El talento y la juventud. He vuelto al club por lo bien que me han tratado en la etapa anterior, porque Obras es un lugar excelente para el desarrollo de un profesional, todos los días y en cuanto a las facilidades de todos los profesionales integramos el equipo, lo califico de excelente. Y también he vuelto por los resultados conseguidos en la etapa anterior, siendo finalistas de Liga, campeones de la Sudamericana, cosas que han producido un poco las razones de este regreso. En ese punto, tanto por el momento deportivo estudiado y por el presupuesto medio con el que contamos, hemos entendido que ir por jugadores jóvenes con talento era la mejor de poder tener un día un equipo fuerte. Tengo mucha ilusión y mucha expectativa de poder trabajar con ellos. Creo que Selem es un jugador que no solo puede anotar sino que también puede crear juego para sus compañeros y convertirse en un jugador más completo; me genera expectativas guiar este momento de Marcos Delía para que se desarrolle y sea el mejor jugador que pueda; me había transmitido buenas sensaciones Fitipaldo cuando jugábamos o entrenábamos con Uruguay. Pasó lo de Juan también, que en una primera instancia era una situación pero terminó siendo otra. Hay mucha rotación, con mucha juventud y jugadores que venía desarrollando el club como Pepo Barral, Tomás Zanzottera o Iván Basualdo, llegando también otro joven para darle una oportunidad como Tabárez. Todo eso es lo que veo, eso me motiva y eso es lo que creo que es Obras hoy, hay juventud y talento y ahora nos tenemos que convertir en un equipo con el trabajo diario y rindiendo exámenes de manera positiva, para poder aumentar la confianza en nosotros y ganarnos el respeto de la competición.

- Armaste un equipo rioplatense, ¿Tuvo que ver con el hecho de que el uruguayo es casi un argentino, con tu buena experiencia con Martín (Osimani) o con un tema presupuestario?
- Seguro que de todo un poco. Para mí los jugadores uruguayos en Argentina a pesar de ocupar plazas de extranjeros, en lo social y lo cultural no lo son, jugadores como Aguiar, Fitipaldo u Osimani una vez que pasan un par de meses es lo mismo que sean uruguayos o entrerrianos. Martín tuvo que ver porque siempre hablamos de básquet y las cosas que me fue contando sobre estos jugadores influyeron, de hecho Martín podría terminar siendo entrenador en el futuro. Entonces tuvo un poco que ver todo y tampoco ninguna cosa en especial, yo no soy fanático de nada en especial y cuando pensas en un equipo lo pensas globalmente, y en esto de ir armando el rompecabezas esta fue una buena opción.

- ¿Cómo percibís que hasta finales de noviembre haya partido todos los días, con nuevo formato de calendario y hasta modificación en los viajes? ¿Te entusiasma o te genera incógnita?
- Creo que voy a poder decir algo con fundamento dentro de un año, una vez que lo haya experimentado y diciéndote todo lo que ha pasado. Hasta ese momento le doy la bienvenida porque es lo que se ha hecho y es lo mejor que podemos hacer los profesionales, dándole la oportunidad a este esquema. Me hice planes más cortos que el que mencionas, porque nosotros jugamos el 1 y el 3, después el 6 y el 8, y después de ahí en adelante jugamos dos partidos en quince días, lo que nos va a permitir entre esta etapa de ahora y ese periodo de pocos partidos poder terminar de instalar el sistema de juego, entrenarnos bien y poder tener desde el partido 6 una forma de conjunto aceptable.

- ¿En las predicciones pongo a Obras en la tanda del 1 al 4, del 5 al 8…?
- Yo espero que lo pongas en la tanda del 1 al 4, pero no lo puedo hacer desde la demostración anterior, lo puedo hacer solamente desde la ilusión y la expectativa. En esta competición, en la que Peñarol ganó 4 de las últimas 5 ligas, querer ocuparles el lugar hablando sería impropio de la experiencia que yo tengo. Creo que nosotros tenemos que ir aprobando una cantidad de exámenes antes de querer hacer hablando lo que hay que hacer dentro de la cancha.

Fabián García
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