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La elección de su país como sede del Mundial 2014 significaba para España el broche de oro para una Generación en proceso de comenzar su declive, pero que en casa podía buscar la hazaña de recuperar el título del mundo, por más que Estados Unidos llevara un equipo de alto potencial, como hizo. Los locales pusieron todo lo que tenían: los hermanos Gasol, Ibaka, Rudy, Ricky, la Bomba Navarro, Chacho, Calderón, Reyes, Claver, Llull y Abrines. Mejor imposible. Quizá se quedaron cortos con el entrenador, porque todo este tesoro lo dejaron en manos de Juan Antonio Orenga (a pedido de los jugadores, aclaremos). El panorama era inmejorable. 

El torneo fue nuevamente de 24 equipos en 4 sedes de 6 países: última vez que se jugaría así y última vez que se jugaría en años pares. El siguiente sería en China 2019, para separarse de los Mundiales de fútbol. Además del local España y de los campeones olímpicos Estados Unidos, los clasificados fueron: los seis mejores del Eurobasket (Francia, Lituania, Croacia, Eslovenia, Ucrania y Serbia); los cuatro mejores del FIBA Américas (México, Puerto Rico, Argentina y Dominicana); los tres mejores de Asia (Irán, Filipinas y Corea del Sur); los tres mejores de África (Angola, Egipto y Senegal); los dos mejores de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda) y los cuatro invitados, también por última vez: Brasil, Finlandia, Grecia y Turquía. 

La primera ronda no dejó grandes historia, más allá de un Grupo A en Granada con un potencial temible: España, Brasil (otra vez con la chance de ser el tapado, siempre con Magnano), Francia (Batum, Diaw, Gobert, Fournier, etc) y Serbia (Teodosic, Bogdanovic, Bjelica, Krstic, Raduljica). Madre santa, qué bestialidad de equipos en una misma sede. Tal fue el poderío de esa zona, que Serbia terminó cuarto, ganando apenas dos partidos. España pasó invicta, Brasil segundo y Francia tercero. Los locales aplastaron a todos. Nadie podría arruinarles SU Mundial.

En las otras zonas, Grecia dominó el Grupo B en Sevilla, donde Argentina presentaba un equipo muy renovado, ya sin la mayoría de los miembros de la Generación Dorada. Manu Ginóbili quería retirarse en España, pero una lesión sufrida en los playoffs provocó que los Spurs impidieran su participación, en una actitud que inmediatamente recordó la de Philadelphia 4 años antes con Nocioni. Sin Manu, Argentina fue renga, aunque mantenía a Scola, Prigioni y Nocioni. Sin embargo, los nuevos, salvo Campazzo, parecían no estar preparados todavía para este nivel. No lo estaban. Argentina le ganó a los no europeos y cayó ante Croacia y Grecia, para finalizar tercera en el grupo, atrás de griegos y croatas. Cuarto pasó Senegal, provocando otro papelonazo de Puerto Rico, eliminado nuevamente en primera ronda. 

Estados Unidos (Curry, Thompson, Irving, DeRozan, Harden, Davis) masacró oponentes en el C (Bilbao) y pasó a octavos con Turquía (que repetía más de la mitad del subcampeón del 2010, aunque sin Turkoglu), la sorprendente Dominicana (Vargas, Feldeine, Baez) y Nueva Zelanda (Penney). En el D (Gran Canaria), otra zona durísima: Lituania (Valanciunas, Motiejunas, Maciulis, Kuzminskas), Eslovenia (Dragic, Blazic, Lorbek), Australia (Ingles, Dellavedova, Baynes) y México (Ayón, Gutiérrez, Hernández) se metieron en octavos, en ese orden. 

Los cuartos de final se dividieron entre Madrid y Barcelona. En la capital Argentina cayó a su nueva realidad y, por primera vez en 7 mundiales, se quedaba afuera de los cuartos de final. La última vez había sido, casualmente, en este mismo país, España, en 1986. Brasil le dio un durísimo golpe, tras una gran primera mitad argentina (38-33), los de Magnano aniquilaron a los argentinos en la segunda (52-29), venciéndolos 85-65 y dejándolos afuera del torneo, ya sin partidos por jugar. Brasil, con Magnano, al fin le ganaba un cruce a Argentina tras perder en Turquía 2010, la final del Preolímpico 2011 y Londres 2012. Los verdeamarillos sacaban pecho y estaban para dar la gran sorpresa. 

España, en tanto, se paseó ante Senegal, mientras que el resto de octavos no dejó grandes sorpresas: Serbia eliminó a Grecia, Francia a Croacia, Estados Unidos a México, Lituania a Nueva Zelanda y Eslovenia a Dominicana. Los cuartos: España-Francia, Serbia-Brasil, Estados Unidos-Eslovenia y Lituania-Turquía. 

Los españoles estaban tan confiados (le habían ganado por 22 a Francia en la ronda inicial), que los hermanos Gasol viajaron a Barcelona para el nacimiento del primer hijo de Marc, volviendo poco antes del partido, en el que Francia dio el batacazo gigante de dejar afuera al local con un claro 65-52. Encima, Marc jugó desastroso (3 puntos, 1/7 de cancha), y nadie salvó la ropa. El otro papelón lo hizo Brasil, que no fue directamente a jugar contra Serbia y cayó 84-56. Lituania eliminó a Turquía 73-61 y Estados Unidos aplastó a Eslovenia 119-76. 

Al torneo le quedaba poco interés de la gente, aunque muchos, los no españoles, esperaban la final para ver si la gran Serbia podía hacerle fuerza a Estados Unidos, luego de que ambos se clasificaran para la misma tras derrotar en semis a Francia y Lituania, respectivamente. Error. No hubo juego. Kyrie Irving jugó el mejor partido del campeonato, clavó 6/6 triples y llevó a su equipo a una paliza redonda: 129-92, tras una primera mitad apoteósica de 67-41. 

El MVP del torneo fue justamente Irving, y los otros cuatro del quinteto: Kenneth Faried, de Estados Unidos, Pau Gasol de España, Milos Teodosic de Serbia y Nicolas Batum de Francia. El goleador terminó siendo José Juan Barea, con 22.0 de media. 

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