Basquetplus.com

Los números le importan mucho más a los que están fuera que a los que están dentro del show. Sobre todo si uno de los protagonistas de esta historia es Zeljko Obradovic, a quien le costaría enumerar todo lo que ha conseguido en su carrera. Sin embargo, aún a él, alcanzar el décimo título de Euroliga le significaría una meta impensada, anormal en el deporte profesional de hoy. 

El serbio ha roto cualquier cifra coherente en los últimos 25 años. Resumida: 18 F4 disputados, 1 como jugador y 17 como entrenador. De las 17 como DT, 9 títulos, 2 finales perdidas (1 la Suproliga 2000/01, que se cuenta aunque fue de FIBA), y 5 semis perdidas. Campeón con 5 clubes distintos (Partizán, Joventut, Real Madrid, Panathinaikos y Fenerbahce), y participante de la F4 con los 6 que dirigió (Benetton es el otro). Impresionante marca, la mejor de cualquier entrenador de la historia, incluyendo a la NBA, solo superada por Phil Jackson (11 anillos). Además, Obradovic tiene ganadas 1 liga de Yugoslavia, 11 de Grecia, 3 de Turquía, 2 Copas Saporta y 9 Copas Nacionales. Guau. 

¿Y el Madrid? El Real es a nivel club lo que Zeljko es a nivel individual: 9 Copas de Europa (la última en 2015, con Nocioni como MVP, tras una sequía de 20 años), 33 Ligas de España, 27 Copas del Rey, 5 Intercontinentales, 4 Copas Saporta, 4 Supercopas de España, 1 ULEB y 1 Korac. Iniguablable a nivel mundial en cantidad. El club más importante del mundo. 

Esta noche, a diferencia de la semi que los enfrentó el año pasado y que ganó Fenerbahce ampliamente, la realidad es muy distinta. Fenerbahce no tiene a 3 hombres determinantes de los campeones 2017 (Bogdanovic, Udoh, Antic), pero su billetera generosa le permitió reemplazarlos con gente de mucha calidad: Wanamaker, Melli, Guduric y Thompson. No es lo mismo, pero como la base sigue (Sloukas, Vesely, Datome, Nunnally, Muhammed, Kalinic), su poderío no decayó. Y tiene a Obradovic. Son los favoritos. 

Para el que la situación es más distinta es para el Real Madrid. El año pasado llegó en su peor momento a la F4, desgastado y dependiendo por completo de Llull. Este año tuvo una serie regular accidentadísima, con mil lesiones, pero a la cita central llegó con toda su tropa hambrienta, con una confianza altísima, aumentada tras el triunfo ante CSKA, y con más participación de todos sus jugadores, ideal para que Laso pueda rotar sin resentir al equipo. Tiene al mejor jugador de Europa (Llull), no al ciento por ciento, pero con la calidad de siempre. Al actual MVP (Doncic), confiado y con ganas de irse a la NBA campeón, y a todos con unas enormes ganas de terminar en lo más alto la temporada más sufrida de la era Laso. 

Entre los más hambrientos está Facundo Campazzo, que volvió ante CSKA después de 53 días, como titular, y tuvo 5 minutos de actividad frenética molestando a Chacho Rodríguez. Facundo también puede entrar en la historia grande hoy, porque ganando sería el primer argentino con 2 títulos (2015 y 2018). Con uno no hay muchos: el propio Campazzo, Hugo Sconochini (1998), Manu Ginóbili (2001, MVP de la F4), Pepe Sánchez (2002) y Andrés Nocioni (2015, MVP de la F4). Curioso, 5 campeones apenas pero 2 MVP. 

Se termina entonces una F4 de las más parejas de los últimos años, con el favorito Fenerbahce en la final (busca ser el tercero en repetir en la era moderna (1992 en adelante), ante un Real Madrid que, por nombre e historia, solo le sirve ganar. Mejor definición imposible.