Lábaque: "Todos los días paso por el club"
12:22 08/07/2015 | La familia Lábaque es sinónimo de Atenas de Córdoba, el club más ganador de la historia de la Liga Nacional. Y Bruno es, hoy, su representante más visible.
- Está cambiado el club.
- Me dijeron que el bar también cambió mucho, je je.
El recorrido por el club comienza con Bruno pidiendo las llaves para ir abriendo cada sector que tiene su propia historia. La sala donde se juntan los directivos a ver los partidos y donde van los jugadores a firmar sus contratos, la secretaría con una gran foto del Palo Cerutti (fallecido en 1990), la zona donde las niñas hacen danza, la pensión de los pibes (son seis en este momento), la sala de fisioterapia y rehabilitación, la parte de pilates y el plato fuerte: la oficina con los trofeos.
“Por eso nos reímos mucho cuando se quieren comparar con nosotros”, dice Bruno. El lugar es imponente. De hecho, resulta casi imposible ubicar las copas más significativas, como la del tercer puesto en el McDonald’s de 1997, en París. “Esto lo armó todo el Tono Brkljacic (fallecido en noviembre de 2012). Venías a la mañana y estaba lustrando los trofeos. Estaba por ahí una semana entera, limpiando copa por copa. Cada tanto se hace limpieza general, porque hay muchas reliquias”.
Aparece de repente un cuadro con la foto de todos los fundadores del club y Bruno señala ahí a su abuelo, Bruno Magris. También está la Copa Challenger de la Liga, que Atenas ganó 9 veces (el máximo en la historia), y cientos de copas, cuadros, medallas, camisetas...lo que uno quiera.
Después llega el turno de las canchas. “Yo estaba todo el día acá. Estoy en realidad, porque vengo todos los días, con mis hijos. A los dos últimos los traje el primer día de vida, para que olieran al club por lo menos. Un ratito. Y yo hice todos los deportes que se te ocurran, hasta artes marciales. De la escuela venía al club, porque mi mamá se quedaba ya que estaba en la comisión femenina. Muchas veces nos quedábamos a dormir. Cuando había reunión de comisión, sabíamos que nos quedábamos todo el día. Con el zurdo Miravet, Seba González, que son de mi camada, jugábamos dos contra dos, tres contra tres, descalzos, lo que venga”.
Vamos a la pileta, que reúne mil anécdotas. “Acá se han hecho desfile de modas. Venían las chicas y pasaban por todo el borde de la pileta, y los pibes nos volvíamos loco. En el verano, hasta el día de hoy, nos quedamos hasta tarde, comiendo un asado”.
El trayecto se completa con la perla del club: el nuevo estadio. Cada día se acerca más la hora de su estreno y por eso Bruno lo mira como el sueño a poco de cumplirse. “Falta nada. Por eso no me retiro, je je. Quiero jugar un partido acá. Falta comprar una casa, que se resiste”. La última pregunta tiene algo de ingenua, y Bruno ni deja terminarla. “¿Si le tuviera que poner nombre al estadio? No lo dudo un segundo: Felo Lábaque”.
Mirá la nota completa en el siguiente video:
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