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Juan Ignacio Marcos es un adolescente de 16 años, pero ya ha vivido un montón de sensaciones y experiencias ajenas a su edad. Como todo en la vida, para llegar a conseguir su sueño tuvo que dejar de lado muchas cosas. El talentoso base habló con Básquet Plus sobre estos temas, así como también de su actuación ante Quimsa y de la importancia de sus compañeros y entrenadores en su crecimiento.

- Naciste en Rosario, pero en tu infancia te fuiste de la ciudad, con rumbo hacia el norte...

- Si, soy nacido en Rosario y ahí jugué al básquet entre los 2 y los 6 años. Después, entre los 6 y los 10 estuve en Chaco, para luego mudarme a Misiones. Ahí jugué en El Coatí, equipo que entrenaba mi papá, hasta los 15, momento en el que me vine para Peñarol.

- Tuviste que desprenderte de tu familia a muy corta edad para ir en búsqueda de tu sueño, ¿cómo fue ese proceso?

- Al principio fue muy difícil porque estábamos muy lejos, aproximadamente a 1600 kilómetros de mi ciudad. Después de mucho pensarlo me di cuenta de que era una decisión del básquet y que si quería jugar profesionamente me tenía que pasar esto. Iba a tener que alejarme de mi familia. En el medio hubo charlas con Leo Gutiérrez y Sergio Hernández, que también me apoyaron. Ahora no lo siento mucho porque, como estoy constantemente jugando al básquet, estoy siempre en lo mismo. Estoy muy bien, lo único que me pasa a veces es que hay domingos que extraño mucho.

- Debutaste en La Liga realmente muy joven, con apenas 15 años, ¿cuál fue y sigue siendo el rol de los entrenadores y jugadores más experimentados?

- Si, hace exactamente un año y dos días, el 16 de enero, fue inolvidable. Me dicen que esté tranquilo, que no me crea nada porque es apenas un partido. Eso siempre es igual, que mantenga la humildad y que no me vaya de la cabeza, para seguir a full con mi objetivo que es el básquet. 

- ¿Quién es tu ídolo?

- En mi posición, Stephen Curry. Pero el ídolo máximo es Emanuel Ginobili.

- Tenés apenas 16 años pero has vivido gran cantidad de momentos importantes a lo largo de tu corta carrera, como por ejemplo una participación en el Campus NBA en México, ¿cómo viviste esa experiencia?

- Fue algo increíble practicar con entrenadores NBA, como es el caso de Earl Watson (actualmente en Phoenix Suns). Así como también con jugadores como Danilo Gallinari o el propio Jorge Gutiérrez. Me llevo el aprendizaje de una experiencia única.

- Tuviste a Nicolás Brussino como compañero durante un tiempo, ¿se mantienen en contacto?

- Si, tenemos una buena relación. Me habla y me aconseja mucho, así que yo le voy haciendo caso siempre. 

- Hace poco eran compañeros y ahora lo ves jugando en la NBA, ¿está presente el sueño de dar el salto en algún momento?

- La verdad que el sueño lo tengo. Si me llega va a ser por mi propio esfuerzo y será una oportunidad que voy a tener que tomar en el momento justo. No es algo que pase dos veces tampoco, así que sería una difícil decisión, en el caso de que me llegara a tocar. 

- También cumpliste otro de tus objetivos, como es representar al país con la selección argentina. Más precisamente, jugaste el torneo U16 que se llevó a cabo en Turquía el año pasado... 

- Si, me tocó, tuve la suerte también. Lo disfruté mucho, estuvimos por Serbia y por Turquía. Además jugué varios minutos así que los aproveché al máximo. Las selecciones europeas no sé si están muy por encima nuestro, pero están mejor táctica y físicamente. Desde el punto de vista técnico no te puedo decir mucho pero también. Son superiores, pero no por tanto.

- Yendo al partido de ayer, llevaron a cabo una remontada increíble (12 puntos en dos minutos) sobre el final del juego para ganar y en la que vos tuviste un rol importante. Luego, por redes sociales expresaste que no lo podías creer, ¿seguís con esa misma sensación?

- Es que todavía no lo creo. Me desperté y tampoco lo seguía creyendo. Fue muy raro estar ahí adentro y levantar ese partido. Vi un resumen recién, hicimos 12 puntos en dos minutos, fue una locura.

- Y como regalo te llevaste el reconocimiento de la gente, que coreó tu nombre desde todos los rincones del Islas Malvinas...

- La verdad es que ya soy parte de la familia de Peñarol, me tomaron como uno más y yo también los quiero mucho y les agradezco por todo.

- Desde un punto de vista más global, ¿cómo analizas el partido?

- El primer tiempo fue duro, estuvimos mal en ofensiva. En defensa estuvimos mejor, no nos anotaron tanto. En el segundo tiempo cambiamos la cara, arrancamos bien y lo pudimos sacar adelante, sobre todo, con actitud y con confianza.

Por Juan Martín Orellano / Mail: [email protected]

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