Aunque los resultados puedan darse o no, Boca está experimentando una evolución en su juego. Es un poco parte de lo que también conllevan los primeros partidos de la temporada, porque los jugadores van conociéndose más, se van entendiendo más y la idea del entrenador queda un poco más clara. Es la química, algo que si bien todavía a muchos equipos de este Súper 20 les falta por adquirir, independientemente de lo que digan resultados o rachas, la realidad es que esa sintonía es lo que todos están buscando.
Con Boca pasa eso, y aunque se está dando de a poco lo importante es que es progresivo. Y en ese aspecto, uno de los jugadores que les está dando mucho al Xeneize es Eduardo Gamboa. El escolta de 1.88 metros y 33 años (11 de junio de 1984), que también puede ejercer funciones como base y de hecho viene tomando varios minutos en esa posición, es uno de los jugadores más rendidores del equipo del Lobito Fernández. Y no solo lo hace con muy buenos números (promedia 12.4 puntos, 3.4 rebotes y 3.9 asistencias en 29.2 minutos), sino que además brinda seguridades en cada uno de sus ingresos, le da aire al equipo y sobre todo calidad, en actuaciones regulares y sabiendo que esto último no es común de ver en este amanecer de temporada.
La realidad es que el Tucu está teniendo un arranque de 2017/18 más que alentador, con más protagonismo que los últimos años y afianzándose cada vez más como esos interesantes jugadores que tiene la elite. Esto es algo que ha conseguido con mucho trabajo, porque desde que llegó a la Liga para la 2013/14, después de haber sido gran figura de Estudiantes de Concordia en el ascenso del TNA a la máxima categoría, ha logrado hacerse un nombre y un recorrido interesantísimo. Por eso, si existe una palabra para definir la carrera de Gamboa, la más indicada seguramente será ese sacrificio.
Gamboa comenzó su carrera hace 15 años en Puerto Madryn, muy lejos de su ciudad natal y en un recorrido que continuó por Ciudad de Bragado, La Unión de Formosa, Oberá Tenis Club, Tucumán BB, Alberdi, el mencionado Estudiantes de Concordia y una vuelta a Formosa para defender los colores de La Unión. Esta temporada cambió de destino y se encuentra dándole cosas importantes a Boca, y en diálogo con Básquet Plus analizó un poco su presente y ese recorrido lleno de trabajo.
- Me parece que poco a poco están encontrando una química. Amén de los resultados, que pueden darse o no, se ve un leve crecimiento cada noche.
. Sí. La verdad es que venimos contentos por el partido contra Ferro porque estuvo muy parejo y si te ponés a pensar en el principio, en el primer partido de local contra Ferro y después con Hispano, fueron juegos que cerramos mal. Ahora venimos de mostrar carácter y buen juego durante todo el partido y lo cerramos bien en la última bola en la última defensa. Como vos decís, no es fácil porque este es un equipo nuevo a pesar de que hay algunos jugadores del año pasado, pero al llegar varios jugadores y un entrenador nuevos no resulta fácil acomodarse. Por eso más que nada el Súper 20 viene bien para eso, para ir ensamblándonos como equipo y lograr una química. De a poco vamos haciéndolo, vamos conociéndonos, de a poquito cada uno va encontrando su rol en el equipo y primordialmente la química. Esto último me parece fundamental porque no tenemos un jugador que nos salve o haga todo, dependemos de cada uno y del rol de todos.
- ¿Es prematuro proyectar un poco para lo que puede estar el equipo?
. No, nosotros lo primero que nos pusimos son metas cortas. Tenemos que intentar agarrar esa química y encontrar una identidad como equipo, algo que de a poco se va viendo. Encontrar el rol de cada uno va a ser fundamental para lo que viene, todavía es muy pronto para hablar de objetivos o hacer visiones a futuro, creo que nos planteamos hacer buenos partidos y encontrar el lugar de cada uno dentro del equipo. El fin de semana lo hicimos muy bien, sabiendo para quién jugar en determinados momentos del partido y hacer jugar a ese jugador, y eso es importante. Acá lo primordial es pensar en corto plazo.
- No sé si será por un tema de rol o protagonismo, pero se está viendo mucho mejor que en los últimos años y respetando esa curva ascendente que venís teniendo desde hace rato. ¿Pasa por algo en especial?
. Cuando uno va jugando en diferentes equipos va teniendo distintos roles y el entrenador va pretendiendo diferentes cosas. Creo que este año estoy muy conforme, el Lobito me está dando muchas libertades ofensivamente, juego mucho más tiempo de lo que venía jugando en otras temporadas y eso hace que esté un poco mejor. Todas las temporadas trabajo duro e intento acoplarme lo antes posible al equipo y darle lo necesario. Si una noche me toca pasar la pelota lo haré, si otra noche me toca defender también lo haré, pero la verdad es que es parte de sentirme cómodo y contento dentro del club y con el cuerpo técnico. De a poquito vamos enganchando, la temporada recién comenzó pero en líneas generales estoy muy contento de estar en una institución tan importante como Boca. Esto de estar en Boca también implica mucho porque es un club que se armó para pelear más arriba, el año pasado no la pasó muy bien pero ahora quiere pelear por otras cosas y ese es un lindo desafío del cual ni bien hablaron no dudé en aceptarlo. Y estoy muy conforme por hacerlo y por estar acá. Estoy muy conforme con el rol que me toca, con la confianza que me da el entrenador y principalmente con la confianza que me dan mis compañeros también.
- Se me hace difícil ver tu presente sin pensar en la maduración que agarraste últimamente. ¿Te ponés a pensar un poco en ese salto? Porque hoy sos un jugador que ya se hizo bases sólidas dentro de la liga.
. Yo luché mucho para estar acá, he hecho mucho sacrificio y por suerte se ha visto reflejado. De las últimas temporadas que he jugado, desde que ascendí del TNA a la Liga con Estudiantes de Concordia, se han dado todas cosas positivas y eso es lindo porque lo motiva al jugador para seguir creciendo. Año a año uno tiene que seguir creciendo porque esta liga es durísima, y la clave creo que fue más que nada trabajar duro y, como te decía, en todos los lugares donde he estado no puedo quejarme porque siempre tuve toda la confianza de mis compañeros, entrenadores y dirigentes, creo que eso es lo primordial para hacer un buen trabajo. Eso sobre todo te permite disfrutar, que es lo más lindo que le puede pasar a uno. No es fácil jugar la Liga Nacional, no es fácil llegar, y la verdad es que yo soy un afortunado. Estoy muy feliz de estar en el lugar que estoy y lo disfruto a cada momento, soy consciente y estoy convencido de que es producto del trabajo. Es como decís, cuando lo veo me pone feliz y me hace estar muy contento porque la verdad es que siempre fueron más cosas positivas que negativas. Pero no me quedo con eso, siempre estoy intentando crecer como jugador, como persona, y hoy estoy muy feliz por estar en un club tan grande como Boca. Eso me motiva a seguir trabajando mucho más y seguir creciendo en todo sentido, no solo en lo deportivo sino también en lo personal.
- Uno creería que es la sangre tucumana, porque tenés varios en la Liga que han subido hace unos años y se han garantizado un lugar importante.
. (Risas) Quizá es un poco el gen de la mayoría de los tucumanos, tenemos una manera de juego particular. Lo tomamos a todos los partidos como si fuesen finales aunque no lo sean, pero es una forma en la que nos lo tomamos. Como te digo, no es fácil llegar a la Liga Nacional, y por ahí los pocos tucumanos que somos como Seba Orresta y Vildoza en Concordia, e Iván Gramajo en Ferro, de verdad que la luchamos mucho y desde muy chicos. Por eso mismo, peleamos tanto por estar en este lugar que obviamente no lo queremos dejar, entonces la conducta es trabajar, trabajar y seguir trabajando para mantenerte. Todos los años tenés que estar un poquito mejor para mantenerte. Es eso, el sacrificio que a la larga da resultados. A mí tocó llegar y debutar en la Liga con 29 años, me llegó grande, y soy feliz y lo disfruto por todo ese trabajo que hubo y que hay detrás. Lo disfruto día a día y obviamente con seriedad y trabajando duro. Es la única manera de conseguir algo y llegar adonde uno se lo propone.
- ¿Te toca mucho pensar en esos sacrificios? Porque hoy vemos todos esta realidad feliz pero solamente vos sabés realmente cómo fue ese proceso.
. Claro. Es muy lindo para uno ver esto de ahora. Yo me fui muy chico de Tucumán, cuando tenía 16 años, y me fui para Puerto Madryn, a la otra punta. Y fue un sacrificio grande para comenzar este camino lleno de trabajo. Obviamente que lo hice porque yo tenía muy claro lo que quería para mi carrera, y hoy estoy muy feliz. Se disfruta el doble, uno solo sabe el sacrificio que uno hace y el sacrificio que también hizo la familia de uno.
- Que tus viejos se despeguen de vos siendo tan chico habrá costado muchísimo.
. Exactamente, porque hoy yo tengo dos nenes y su uno de ellos con 16 años viene a decirme lo que quiere no sé qué haría (risas). Seguramente me pondré del lado de mi mamá que ella sabía lo que yo quería, con la seriedad que llevaba porque cuando yo me fui de Tucumán seguía estudiando y no corté mis estudios hasta terminarlos. Por eso te digo que tengo bien en claro que cuando uno se propone algo lo consigue, con sacrificio lo consigue. Por eso te digo que soy un afortunado al estar jugando hoy la Liga, estoy feliz de poder estar y ojalá que pueda seguir estando.
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