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La Final

Finales de la Liga Nacional: el análisis de Instituto de Córdoba

20:47 18/06/2019 | El equipo de Facundo Müller desplegó una enorme cantidad de variantes a lo largo de la fase regular y de los playoffs.

Chuzo González, pieza clave en el sistema de Instituto (foto: Diego Roscop / La Liga Contenidos)

Desde su regreso a la Liga Nacional, allá por la temporada 2015/16, la actuación de Instituto se ha desplazado en una clara curva ascendente y año a año ha puesto la vara un poco más alta. Especialmente en las últimas dos temporadas se estableció en las primeras planas de la competencia nacional e internacional (llegaron a la final de la LSB 2018) a partir de una virtud básica: la continuidad de una base sólida, apoyada en un proyecto sustentable llevado a cabo por una dirigencia seria.

En la temporada 2017/18 llegó hasta la semifinal de la Liga Nacional, pero ese hito no fue suficiente y se apostó por más a partir de la renovación de los referentes y la base primordial de aquel plantel: Luciano González, Sam Clancy, Facundo Piñero, Gastón Whelan y Cristian Amicucci. Además, se mantuvo el staff técnico, con Facundo Müller como entrenador en jefe y cabeza de grupo. 

Esa inversión rindió sus frutos: en este temporada 2018/19 Instituto llegó a la final de la Liga Sudamericana (perdió ante Franca) y además alcanzó por primera vez la definición de la Liga Nacional con una idea de juego bien trabajada y con el peso específico del juego colectivo por sobre las individualidades. Gastón Whelan y Santiago Scala permiten rotación y lucidez constante desde la generación de juego, así como también se complementan todo el tiempo que coinciden en cancha. Lo de Chuzito González es tan bueno, tanto atrás pero especialmente en ofensiva, que se quedó con el premio al Mejor Sexto Hombre de la temporada. Piñero entrega una variante exterior genial para un 3-4 y Clancy brinda todo su oficio para dominar los tableros, un rubro especialmente importante para el estilo de la Gloria, y generar bloqueos para los perimetrales. A finales de la fase regular llegaron dos tipos de enorme jerarquía en roles distintos, como Rodney Green (tras las salidas de García Morales y Glen Rice) y Esteban Batista (por la grave lesión de Amicucci), lo que potenció el volumen de juego y de amenazas de un equipo sumamente completo.

El Ángel Sandrín fue la gran fortaleza de Instituto a lo largo de la temporada. De hecho, entre fase regular y playoffs, solamente perdió dos partidos en condición de local; el récord de FR fue 17-2 y se eleva a 24-2 si se suman los compromisos de postemporada. Un dato interesante radica en que una de esas dos derrotas ocurrió ante San Lorenzo, en un partido en el que fueron limitados por la defensiva del Ciclón. En contrapartida, el comienzo irregular de principio de temporada se debió específicamente por un flojo arranque en condición de visitante: seis derrotas en las primeras siete presentaciones, aunque es cierto que fueron giras complicadas por Capital Federal y Santiago del Estero.

Tras las caídas en Santiago, el equipo cordobés se recuperaron definitivamente y se encaramaro en la primeras posiciones con una seguidilla de once victorias consecutivas, que se produjeron entre el 9 de febrero y el 28 de marzo. Pese a que durante gran parte del año fueron los cómodos escoltas de San Lorenzo en la tabla de posiciones, recién en la última jornada lograron asegurarse el segundo puesto, a partir de un récord 25-13. El camino de los playoffs de Instituto hasta la gran final incluyó dos barrida (Bahía Basket y Olímpico) y una serie realmente dura y electrizante contra Regatas, que se definió en el Juego 5.

"Van 2 años de buen rendimiento, de estar arriba en cada competencia. Con esta clasificación a la final de la Liga hemos logrado algo que es llegar a la final de todos los torneos que jugamos: Súper 20, Liga Sudamericana y Liga Nacional. En estos 2 años se alcanzaron finales en todos los torneos y es algo buenísimo. Es un trabajo muy bueno de parte de todos y entre todos. Porque cuando las cosas funcionan quiere decir que hay un buen trabajo de todas las partes, jugadores, cuerpo técnico, dirigencia y el acompañamiento de la gente", expresó el entrenador Facundo Müller.

 

Instituto Promedio
Eficiencia 93.6 (2°)
Puntos Convertidos 84.8 (3°)
Puntos Recibidos 78 (4°)
Rebotes 33.9 (9°)
Asistencias 16.8 (6°)
Tapones 2.6 (5°)
Robos 6,3 (13°)
Pérdidas 12,8 (6°)
Triples (%) 10.4 (40.8 %, 1°) 
Dobles (%) 20.2 (54.6 %, 3°)
Libres (%) 13.2 (76.8 %, 1°)
Faltas Cometidas 18.4 (19°)
Puntos del Banco 32.7 (2°)
Puntos – Ataque Rápido 13.6 (9°)
Puntos – Pelota Perdida 12.8 (16°)
Puntos – Zona Pintada 34.9 (10°)
Puntos – 2° Chance 9.2 (13°)

 

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